“Llevaba cuatro días sin comer y vino una mujer con un cocidito: me salvó de irme al otro barrio”

Pepe Peña, vecino del barrio, vivió en la calle y hoy alza la voz contra el sinhogarismo


Pepe Peña es un vecino de Tetuán participante de la escuela de portavocía 'Mi voz, mis derechos', impulsada por las entidades Hogar Sí y Provivienda, específicamente para el colectivo que sufre sinhogarismo. Nuestro vecino actualmente está bregando para poder jubilarse, con 44 años cotizados. Durante la entrevista nos cuenta cómo acabó y cómo es vivir en la calle, así como su cita próxima para que le reconozcan el derecho de jubilación. ¡Que así sea!

Se han cumplido cuatro años desde el confinamiento ¿Qué te pasó a ti durante esos días?

Yo era autónomo, repartía comidas a trabajadores de oficinas y también llevaba la prensa a bares y restaurantes de nuestra zona. Al cerrar todo me quedé sin trabajo. Estando en casa no ibas a pedir un menú.

Cuéntanos sobre lo que viviste.

Se me vino todo encima. Empezaba a las cinco de la mañana a repartir periódicos, y claro, dijeron que no se podían poner periódicos en los bares…. con lo cual pierdes el trabajo de los menús, lo de entregar periódicos… tienes que pedir ayudas, y no hay ayudas…

Y te quedaste en la calle, literalmente, porque hoy vienes a hablarnos del sinhogarismo. ¿Qué es el sinhogarismo?

Pues somos casi 40.000 personas las que hemos estado viviendo en la calle, 40.000 registradas, porque habrá más. Y somos los que nos estamos ayudando, porque por otro lado no encuentras nada.

Porque es que, cuando estás en la calle, estás solo, no hablas con nadie, bueno… es que, de no hablar con nadie, acabas hablando muy bajito… En el cursillo de portavocía con Provivienda y Hogar sí, ahí te enseñan a hablar, a expresarte, a razonar las cosas…

Has tenido una vida convencional. No deben creerte cuando lo cuentas.

Yo vine en el año 95 a Tetuán. Nací en Villaverde, me vine a la calle del General Aranda, que ya no existe [en 2018 esta vía pasó a denominarse Matilde Landa] y me cogí un bar en la calle de las Azucenas. Llevo casi toda la vida en el barrio. Recuerdo ir a Marqués de Viana a comprar churros, antes había dos churrerías…

¿Por qué es importante que gente del colectivo tome la palabra?

Porque hay muchos mitos. Por ejemplo, uno de los mitos que tenemos es que la gente se cree que estamos cobrando dinero…  y el 81 % de los que estamos en la calle no cobramos ni el Ingreso Mínimo Vital (IMV) ni la Renta Mínima, pero la gente se cree que estás en la calle y estás con la paguita.

Ésa es una. La otra es que la gente se cree que somos unos drogadictos. Y solamente el 18 % de los que somos tiene una adicción.

Otro mito es el origen…

Pues sí, la gente se cree que todos son extranjeros, y no es así. El 51 % somos españoles. Y tres de cada cuatro somos hombres… pero el problema es que, claro, a las mujeres las cogen de internas, y tienen riesgo de quedarse en la calle. O sea que a ellas no las cuentan bien.

Cuando tú estás en la calle, el problema es dónde vas al baño…a qué baño, porque hoy en día vas a un bar y te encuentras el letrero: “Reservado para clientes”. Yo me quedé en Tetuán, en Bravo Murillo, con la Casa de Baños cerca. En muchos sitios no hay casas de baños, ¿y dónde vas? Una vez que estás en la calle: ¿cómo te bañas? Te sale un trabajo, ¿cómo te preparas para ir al trabajo? ¿cómo te afeitas? Y yo que tengo 65 años…

¿Cuál crees que es la raíz del problema?

La raíz es que no te hacen caso donde vayas. En España hay cuatro millones de casas vacías… De los fondos buitres, de los bancos... pero también las administraciones tienen pisos vacíos… Si los sacaran por 400 euros al mes, ¡tienes 400 millones al mes para seguir haciendo viviendas sociales! Otro dato, también del INE, en España el porcentaje de vivienda social es del 2 %, en Europa es del 9 %.

¿Tuviste miedo?

¿Que sí tenía miedo? ¿Sabéis dónde estaba la plaza de toros de Tetuán?, pues un poquito más para arriba hay una discoteca, por la calle de San Felipe. Imagínate a las cuatro de la mañana cómo sale la gente. El que viene borracho, o te pega, o te mea, o te tira el cubata. Yo lo que hacía era ponerme el despertador en el móvil, y a las tres y media de la mañana me iba enfrente a un parquecito, hasta que a las cinco y media me volvía a dormir.

Pero también hay gente buena. Una vez ya llevaba cuatro días sin comer y me viene una mujer con un cocidito. Ella me salvó de irme para el otro barrio.

Para escuchar la entrevista completa de Radio Almenara, utiliza este QR:

https://ia800205.us.archive.org/18/items/pepe-para-t-30-dias/pepe%20para%20t30%20dias.mp3

 


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