“Somos un refugio de transformación comunitaria, que creemos que lo pequeño y local puede tener un enorme impacto transformador”. De esta manera definen el Espacio Bellas Vistas las personas que conforman este lugar de encuentro entre los vecinos de Tetuán. Fue precisamente una vecina del barrio, Juliete, la que en 2020 identificó una necesidad compartida en el distrito: un espacio social abierto a la vecindad. Decidió crearlo ella misma junto con otras compañeras y para ello alquiló una antigua carpintería en la calle de Almansa, 22. La reformaron y, desde entonces, el local Bellas Vistas se ha convertido en un lugar emblemático donde recuperar y desarrollar vida de barrio.
Hoy son más de 200 personas las que conforman el Espacio Bellas Vistas e internamente funcionan bajo una estructura participativa, donde una asamblea actúa como órgano principal de decisión y grupos de trabajo se dedican a tareas concretas. “Somos las personas que denunciamos la falta de accesibilidad del barrio, tanto en los despachos del Ayuntamiento como en los medios de comunicación con la campaña ‘Miss Torreta Tetuán’. Somos las que organizan un mercadillo de artesanas en Navidad, que consigue reunir a cientos de visitantes y fomentar el comercio local. Las mismas que te cruzas por la calle, en el mercado, o en el parque”, explican a Tetuán 30 días.
Si le preguntamos a las usuarias de este espacio, todas ellas concuerdan en que se trata de un lugar “maravilloso, porque nos permite hacer cosas juntas, además de la posibilidad de pensar qué necesidades tenemos en el barrio, qué nos apetece hacer o qué nos gusta”, asegura Mer. “A mí me parece que se ha convertido en un lugar de referencia para el barrio”, añade Marisa.
Autogestionado y solidario
En cuanto a la filosofía de Bellas Vistas, se basa en la autogestión y la solidaridad, sin que nadie reciba compensación monetaria por su trabajo. Esto ha permitido acoger a una diversidad de colectivos y proyectos externos, que buscan un lugar para desarrollarse o reunirse, así como a grupos propios que organizan actividades internas regularmente. Entre las numerosas iniciativas que alberga, destacan proyectos como el Laboratorio Ciudadano Dehesa de la Villa, un taller dedicado a preservar su memoria colectiva; el Biblioespacio, un rincón con el que fomentan la lectura y el juego entre los más pequeños, o Bella Huerta a la Vista, que promueve el consumo responsable y apoya a los productores locales mediante la venta de verduras y hortalizas ecológicas.
Además, el Espacio Bellas Vistas ha sido punto de encuentro para grupos como Invisibles Tetuán, dedicado a la defensa de los derechos de personas en situación de vulnerabilidad, o la Despensa Solidaria Vecinal, que proporciona apoyo comunitario mediante la distribución de alimentos. “Cada semana mantenemos una programación muy ambiciosa, que ofrece un calendario de actividades, tanto para niños como para adultos”, cuentan desde la asamblea del espacio.
“Bellas Vistas, como todos los espacios autogestionados de Madrid, es fundamental para la vida asociativa y del barrio”, insisten. Y es que resulta innegable que este tipo de propuestas fortalecen los lazos vecinales, fomentan el comercio local y contribuyen a la creación de redes de apoyo y solidaridad vecinal.
Para formar parte del Espacio Bellas Vistas basta con acercarse y participar en las actividades abiertas a todo el mundo. Hacerse socio es gratuito y las aportaciones son voluntarias. “Es un sitio estupendo que recomiendo a más gente que tenga alguna inquietud”, sentencia Carmen, otra de las usuarias de este espacio de Tetuán.
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