Los vecinos de Bravo Murillo, 297, en pie de guerra contra el Ayuntamiento

Obligados a retirar la valla que pusieron en la plaza en 2015

El pasado año, la Comunidad de Propietarios de Bravo Murillo, 297 –11 bloques de viviendas con cerca de 300 propietarios, en la zona donde antiguamente se ubicó la Plaza de Toros de Tetuán–, se hartaron de soportar problemas, peleas y accesos descontrolados en el vial interior de su plaza y tomaron una decisión unilateral e insólita: cerrar el acceso de vehículos a la plaza con una barrera. Hace unos días, la Junta Municipal de Tetuán obligaba a retirar, tanto las dos vallas levadizas instaladas como el resto de elementos  –bolardos, jardineras y maceteros– “por ser contrarios al ordenamiento urbanístico” de una plaza calificada como privada, pero de uso público.

Según los vecinos, la medida había “dignificado una zona que venía sufriendo una degradación inaceptable, provocada por el acceso permanente de vehículos sin control, muchos de estancia indefinida, lo que la convirtió en almacén de coches próximos al desguace”. Además, advierten de que en su día se siguieron los trámites administrativos para gestionar la licencia de obra, y que sólo una vez instalada la barrera, el Ayuntamiento –motivado por dos denuncias vecinales– notificó la resolución contraria a la obra que, a la postre, ha obligado a desmantelar el citado cerco.

En este tiempo, los propietarios han mantenido dos reuniones con la Junta de Tetuán, que hasta ahora se ha remitido a la “situación legal” de la plaza. No obstante, los vecinos consideran que el restablecimiento de la barrera sería compatible con seguir garantizando el acceso público peatonal y de vehículos de emergencias al interior del espacio. Además, critican que tanto la reforma de la plaza como los gastos de mantenimiento, limpieza, luz o agua han sido y son sufragados por la propia Comunidad desde hace más de 40 años. Algo, por otra parte, habitual en otros espacios con características similares, como la propia manzana de Azca, también en nuestro distrito.

En el limbo jurídico

La situación del terreno se vuelve más incierta echando la vista décadas atrás. Así, y según los vecinos, en sus orígenes la calificación aludía al uso público “sin tráfico rodado” en la zona. Algo que se obvió cuando se levantaron los edificios y se abrió el vial interno, “con el consentimiento de la corporación municipal”. Incluso una sentencia de los años 70 habría considerado “ilegal” el tráfico rodado en la plaza, si bien la “inactividad del Ayuntamiento” hizo prescribir dicha infracción urbanística, dejando el espacio actualmente “fuera de ordenación”, señalan. Esto explicaría por qué a estas plazas no habría llegado el Servicio de Estacionamiento Regulado, lo que originaba el consiguiente abuso denunciado.

Según los representantes vecinales, el “restablecimiento de la legalidad” obligaría a cerrar la zona al tráfico, por lo que ahora emplazan al Ayuntamiento a legalizar mediante un convenio la barrera, o bien a cerrarla definitivamente a cualquier vehículo, y que el Consistorio asuma “su responsabilidad de conservación y mantenimiento”.

Por el momento, la Junta de Comunidades de Bravo Murillo, 297 mantiene un contencioso-administrativo con el Ayuntamiento, cuyo juicio está previsto para enero de 2017. Además, espera reunirse este mismo mes con la Junta Municipal de Tetuán, para clarificar posturas sobre la ordenación de la plaza. Entretanto, temen que con la retirada el espacio “vuelva a convertirse en la zona sin ley que era”. Aunque ahora irán con más cuidado antes de llevar a cabo obras “ilegalizables”, como notificó en su resolución el coordinador del distrito.

David Álvarez de la Morena