Una historia centenaria y triste de Tetuán

Derribo en la calle de Cuevas

Han tirado la casa de Pepe y María. Una casa pequeña, en la calle de Cuevas, de una planta, con una puerta y dos ventanas a la calle; de ladrillo cerámico pintado de blanco, con techo a dos aguas de teja, nueva. Detrás, un extenso patio con la fuente y la parra añadidos. Los árboles y el taller de Pepe estaban donde el antiguo huerto.

En septiembre va a hacer 24 años que llegamos a Cuevas. Pepe frecuentaba La Nave con su perro casi a diario, y también por las noches. Nos contaba todas las historias de la zona. Durante la Guerra, siendo adolescente, excavó un refugio debajo de la parcela, donde se juntaban varias familias del barrio.


Pepe me enseñó su taller del patio de atrás: simbiosis entre galería acristalada y armario de madera, su taller tenía el tamaño justo de las personas: primero, la sala de taller, con todas las herramientas en su sitio, y a continuación, una zona de almacén. Pequeñas ventanas con perfiles delgados bien articulados hacían de aquel sitio algo especial y único. Pepe hizo el molde de la escultura del Oso y el Madroño de la Puerta del Sol de Madrid.


Hace unos 10 años que operaron del ojo izquierdo a Pepe. Aquello marcó el principio del fin. A los pocos años moría en silencio. María, su mujer, siguió en la casa hasta hace unos meses que ya no la vi más.

Esta mañana ha venido una retroexcavadora mediana y, en menos de dos horas, ha derruido la casa, que tenía en torno a 100 años de vida. En la mañana han limpiado el solar, borrando todo recuerdo. Ya sólo queda un contenedor de 2,5 por 5,3 metros, puesto donde antes estaba la casa, pero en sentido perpendicular. Arrimado a un lado para dejar la otra mitad para el paso a la parcela. Ya no están ni ellos ni la casa. Se acabó. Adiós, amigos.


Pero… qué poco cuidado en todo el proceso. Podrían, no sé, haber recuperado las tejas –el tejado estaba nuevo–, recuerdo el cuidado que puso María en que le arreglaran el techo hace sólo cinco años. Los que lo hicieron serían amigos, porque quedó la casa renovada a tope. Y las vigas de madera… todo a la basura, ha llegado un hombre en una súper moto, ha mirado y ya. Nada permanece, todo cambia…

 

Richi Higueras / Foto: Google Maps.


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