II FORO DEL AGUA PARA EL DESARROLLO

La Fundación Canal reúne a los agentes más relevantes del sector

El pasado 5 de junio, coincidiendo con el Día Internacional del Medio Ambiente, tuvo lugar el 2º Foro del Agua para el Desarrollo, organizado por la Fundación Canal (Mateo Inurria, 2). El acto congregó a los expertos más importantes del sector del agua a nivel internacional, para poner sobre la mesa un aspecto crucial en la gestión de este preciado recurso: su financiación, tema de debate permanente en todos los países del mundo y uno de los ejes de actuación en los foros mundiales de Kyoto (2003) y de México (2006). Se trataba de analizar el agua específicamente desde el ámbito del abastecimiento y el saneamiento, así como la necesaria financiación para lograrlo, según establece uno de los Objetivos del Milenio. Esta segunda edición del Foro del Agua para el Desarrollo contó con la presencia de algunos de los agentes más relevantes en este campo, personalidades procedentes del Consejo Mundial del Agua, la Dirección General del Agua del Ministerio de Medio Ambiente o el Canal de Isabel II, entre otros organismos, que expusieron las iniciativas existentes sobre la gestión y financiación del agua en España, Europa y el resto del mundo. Todos los ponentes coincidieron en la importancia de la implicación de los sectores público y privado para cumplir con uno de los Objetivos del Milenio: la reducción a la mitad de las personas que carecen de acceso a agua potable para el año 2015. EL PROBLEMA DEL AGUA Más de 2.200 millones de habitantes de los países subdesarrollados, la mayoría niños, mueren todos los años de enfermedades asociadas con la falta de agua potable, saneamiento adecuado e higiene. Además, casi la mitad de los habitantes de los países en desarrollo sufren enfermedades provocadas, directa o indirectamente, por el consumo de agua o alimentos contaminados, o por los organismos causantes de enfermedades que se desarrollan en el agua. Con suministros suficientes de agua potable y saneamiento adecuado, la incidencia de algunas enfermedades y la muerte podrían reducirse hasta un 75%. En la mayoría de las regiones, el problema no es la falta de agua dulce potable sino, más bien, la mala gestión y distribución de los recursos hídricos y sus métodos. La mayor parte del agua dulce se utiliza para la agricultura, mientras que una cantidad sustancial se pierde en el proceso de riego. La mayoría de los sistemas de riego funcionan de manera ineficiente, por lo que se pierde aproximadamente el 60% del agua que se extrae, que se evapora o vuelve al cauce de los ríos o a los acuíferos subterráneos. C. CANO

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