La realidad transexual, a escena

La sala de teatro Liberarte acoge este mes una obra del Colectivo de LGTB de Madrid

La Federación de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (LGTB) declaró 2010 como el “Año de la Transexualidad”, hecho que inspiró al grupo de teatro COGAM (Colectivo de LGTB de Madrid, una ONG declarada de Utilidad Pública) para montar La tarde que deshojábamos margaritas, que se estrenará en el Teatro Estudio Liberarte (Francisca Conde, 7) los días 28, 29 y 30 de abril, a las 21:00 horas.
La tarde que deshojábamos margaritas es una obra de temática transexual, “porque sigue siendo necesario militar con la realidad de este colectivo, ayudarles en la lucha por sus derechos”, sostiene Toño Jerez, director de este grupo de teatro, que también es dramaturgo y pedagogo. A este respecto, Jerez alaba la amplitud de miras de Liberarte en la gestión de su programación: “Es una sala muy generosa, sin ningún prejuicio para acoger ideas poco convencionales”. Después de Liberar-te, tienen previsto llevar la obra a la Casa de América y a espacios alternativos como Cuarta Pared y Lagrada.
“Me he dado cuenta de que, aun formando parte de la asociación de LGTB, desconocía este colectivo”. El autor afirma haber vivido una experiencia muy enriquecedora con este trabajo. Desde 2009, COGAM apuesta por un teatro comprometido y reivindicativo, de acción política, que expanda la visibilidad de LGTB. “El que hacemos no es un teatro de entretenimiento, para pasar el rato; tampoco terapéutico: es un teatro que huye de los temas tradicionales, serio, de reflexión, aunque también está dotado de un gran sentido del humor”, asegura el dramaturgo.
El grupo está compuesto por 12 actores profesionales, y tres de ellos (Isabel Martins, Christian David Díaz y el propio Toño Jerez) dan vida a La tarde que deshojábamos margaritas, según su director “una obra llena de sorpresas, que aborda el amor, la ilusión, la educación, la religión, y va más allá tanteando la figura materno-parental en las personas transexuales”.
La historia, aunque inscrita en el presente, se pone en escena en blanco y negro y sepia, “como si se hubiera detenido en el tiempo”, simulando la aceptación social de los transexuales, “que sigue sin evolucionar”, perfila el autor de la obra, quien pone el broche a la entrevista invitando a los lectores a ver “una historia preciosa, llena de humor, amor y dolor”.

Cristina Sánchez

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