En la sala Juana Francés, hasta el 27 de mayo
José Luis Berzal expone en honor a los niños
Con motivo del Día del Niño, la Junta Municipal ha programado una exposición de fotografías en torno a la infancia, que puede visitarse hasta el 27 de este mes en la sala Juana Francés (Bravo Mu-rillo, 357).
El autor es José Luis Berzal, vecino del distrito que ya estuvo en el centro cultural Eduardo Úrculo el verano pasado; un fotógrafo octogenario autodidacta, de los de toda la vida, de vocación artística, pero que nunca se ha ganado la vida con ello.
Para esta ocasión Berzal ha reunido unas 40 instantáneas fechadas en la década de 1960, bajo el título “Niños de entonces. Imágenes para el recuerdo”. Una colección de gran valor documental que el artista concibe como “una obligación moral”, un homenaje a los fotografiados, niños anónimos de una época en la que “todavía se podían hacer fotos por la calle sin que nadie te dijera nada”.
La muestra, según el autor, pretende ofrecer pinceladas, “flashazos” en este caso, de la vida cotidiana infantil de aquellos años. Las imágenes se acompañan de una serie de dibujos que Sergio, el niño que aparece en el folleto de la exposición, hacía mientras era retratado: “Ver dibujar a Sergio era una maravilla”.
La afición de José Luis Berzal por la fotografía empezó “en la mili”, lo que le permitía sacarse “un dinerillo”. Más tarde ingresó en la Escuela de Arte y Oficio, cuando se paseaba con su Regula Sprinty, y de forma artesanal se construyó una ampliadora de madera. Técnicamente le obsesiona la composición (“la variedad dentro de una unidad”), y desde hace un tiempo siempre lleva consigo una cámara digital con la que está descubriendo, con ilusión infantil (nos enseña la función de efecto dibujo) las posibilidades de la tecnología.
C. Cano
El autor es José Luis Berzal, vecino del distrito que ya estuvo en el centro cultural Eduardo Úrculo el verano pasado; un fotógrafo octogenario autodidacta, de los de toda la vida, de vocación artística, pero que nunca se ha ganado la vida con ello.
Para esta ocasión Berzal ha reunido unas 40 instantáneas fechadas en la década de 1960, bajo el título “Niños de entonces. Imágenes para el recuerdo”. Una colección de gran valor documental que el artista concibe como “una obligación moral”, un homenaje a los fotografiados, niños anónimos de una época en la que “todavía se podían hacer fotos por la calle sin que nadie te dijera nada”.
La muestra, según el autor, pretende ofrecer pinceladas, “flashazos” en este caso, de la vida cotidiana infantil de aquellos años. Las imágenes se acompañan de una serie de dibujos que Sergio, el niño que aparece en el folleto de la exposición, hacía mientras era retratado: “Ver dibujar a Sergio era una maravilla”.
La afición de José Luis Berzal por la fotografía empezó “en la mili”, lo que le permitía sacarse “un dinerillo”. Más tarde ingresó en la Escuela de Arte y Oficio, cuando se paseaba con su Regula Sprinty, y de forma artesanal se construyó una ampliadora de madera. Técnicamente le obsesiona la composición (“la variedad dentro de una unidad”), y desde hace un tiempo siempre lleva consigo una cámara digital con la que está descubriendo, con ilusión infantil (nos enseña la función de efecto dibujo) las posibilidades de la tecnología.
C. Cano
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