El Rey acciona la “columna” de Calatrava en la Plaza de Castilla

Ni “obelisco”, ni “pirulo”, ni “taladro”. El remate de la Plaza de Castilla, con sus 93 metros de altura y sus 527 toneladas, es una columna –como ha advertido el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón–, al carecer de la forma de pilastra, las cuatro caras y el remate piramidal que componen un obelisco.
El pasado 23 de diciembre, el Rey don Juan Carlos ponía en marcha el mecanismo de la columna del arquitecto Santiago Calatrava, que simula un movimiento helicoidal ascendente. A la inauguración también asistieron el alcalde, la ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, y el presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa. El monumento, un regalo de la entidad madrileña como conmemoración por su tercer centenario, es la primera obra del célebre arquitecto valenciano en la capital. Para su creación, Calatrava se ha inspirado en la columna infinita de Brancusi, en la ciudad rumana de Targu Jiu.
Situado en el punto de intersección del nuevo eje financiero de la zona Norte, y el eje Sur, que conduce hacia el ámbito cultural Recoletos-Prado, su emplazamiento ha sido glosado por el alcalde: “Pocos lugares son más significativos para transmitir, mediante el genio de Calatrava, el diálogo entre tradición y modernidad que conforma todas las cosas de Madrid”.


Reflejos en el poniente madrileño

Un viario soterrado, dos líneas de metro e infinidad de galerías han añadido complejidad a la construcción del monumento, impidiendo apoyarlo directamente, por lo que se sustenta sobre un trípode de acero, cuyas patas miden más de 30 metros. La estructura, construida por Acciona, puede soportar vientos de hasta 160 kilómetros por hora, y cuenta con una escalera interior que conduce directamente al vértice.
La luz del sol sobre sus 493 lamas de bronce aporta un color especial al conjunto, especialmente durante el atardecer madrileño.

DAVID ÁLVAREZ DE LA MORENA