BASURA

Los usuarios del Metro hemos sufrido estos largos días las consecuencias de la huelga de los servicios de limpieza. Sé que es mucho pedir que esta desagradable situación pueda servir para que meditemos —ya lejos de la vista y el hedor insoportable— acerca de nuestra grotesca contribución al aumento de la basura en el mundo, en toda la extensión de la palabra. Cubrimos todo de porquería, pero queremos ver esa inmundicia, esa suciedad desmesurada lejos de nosotros; ver la basura cercana, olerla y padecerla no es plato de gusto para nadie —porque, como los animales cicvilizados— no deseamos contemplar cerca los desechos de nuestro cuerpo mortal. No nos resulta agradable vivir entre la mierda. Eso sí, la producimos en cantidades ingentes, sin ningún pudor, sin admitir nuestra irrevocable responsabilidad. Así queremos vivir los humanos; que nos aproveche.

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