LOS HOMBRES DE NEGRO

Como todo joven estudiante con poco dinero en los bolsillos, voy a todas partes andando. Soy un gran paseante y me dedico a observar todo aquello que me rodea. Entre el ir y venir de la gente y el gran ajetreo de nuestra ciudad observo a unos extraños: son hombres venidos de algún lugar del Sur, de piel negra, que se sitúan en las esquinas de nuestras calles vendiendo no sé qué revista. Podríamos decir, “un vendedor ambulante cualquiera”, pero hay algo que siempre me sorprende de ellos, nunca les falta una sonrisa entre los labios, ni un saludo, que la mayoría de nosotros ignoramos, y siempre siguen fieles a su puesto, a pesar del frío. Supongo que la mayoría de ustedes ya habrán descubierto quienes son estos “extraños”, y alguna vez se habrán encontrado con ellos en el barrio. Son simplemente gente necesitada que ha venido a nuestro país a ganarse la vida honradamente, a conseguir esos “privilegios” a los que todo el mundo tiene derecho. En estos tiempos en los que abundan imágenes negativas sobre los inmigrantes en nuestro país, quiero destacar el gran esfuerzo que realizan estas personas, “nuestros hombres de negro”, para poder salir adelante.