Escribo estas letras para quejarme de los inmigrantes latinos, aunque sé que me tacharán de racista, y es que creo que poco a poco lo estoy siendo por lo que veo y padezco.
En su número de noviembre he leído un artículo que se refiere a una fiesta celebrada en la zona conocida como “pequeño Caribe”, y me sorprende que en ese texto se diga que para la buena convivencia tenemos nosotros, los madrileños, que adaptarnos a sus costumbres, pues yo creo que cuando voy a visitar otra casa que no es la mía me tengo que adaptar a sus costumbres, y no los que viven en esa casa adaptarse a mí. Por otro lado, cuando ocurre una falta a la Ley, hay personas que dicen que también hay maleantes españoles, y yo pongo por ejemplo que si tengo un hijo que es un sinvergüenza, no tengo más remedio que tragármelo, pero que no venga un vecino con un hijo en las mismas condiciones a que me haga cargo de él. Pues eso es lo que está ocurriendo en esta comunidad.