TODOS IGUALES

Como vecino de Tetuán, y persona ya jubilada, me gusta salir a pasear todos los días por distintas zonas del distrito. En muchas de ellas, compruebo como los perros hacen de las suyas y sus dueños dejan sobre la acera el “cuerpo del delito”; en otras, los coches se adueñan de cualquier sitio que les sirva de aparcamiento, sin importarles si dejan espacio para pasar a otros vehículos o a los peatones, y en cada vez más lugares se puede escuchar el ruido atronador de la música que sale por las ventanas abiertas de par en par, sin tener en cuenta al resto de vecinos. Son actitudes que, por desgracia, se están repitiendo con más frecuencia. Se pierde el respeto, las formas y con ello la educación. Es una pena que no seamos todos un poco más cívicos y nos hagamos la vida más llevadera unos a otros. Hoy, la ciudad es como una jungla, con prisas, estrés y mal humor. Seamos más humanos y menos insolidarios.