Esculturas de Tetuán (X)
El inmóvil Obelisco de Calatrava, creado para ser una escultura con vida
Beto López, 22 de enero de 2025
El llamado Obelisco de la Caja, también conocido como Obelisco de Calatrava, es un monumento diseñado por el arquitecto-ingeniero valenciano Santiago Calatrava Valls (1951), y está situado en la rotonda de la Plaza de Castilla de Madrid. El obelisco fue una donación de la desaparecida entidad financiera Caja Madrid a la ciudad de Madrid para celebrar los 300 años de su fundación (1702-2002).
A principios de octubre de 2007, la caja de ahorros adjudicó a la constructora Acciona la ejecución del proyecto, bajo la supervisión del Área de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, y en julio del año siguiente comenzaron las obras, tras haber desmantelado la fuente existente en el lugar. Después de varios retrasos, el obelisco fue inaugurado oficialmente el 23 de diciembre de 2009 por el Rey Juan Carlos I de España. Tres meses después, el obelisco ya no funcionaba. En 2012 se informaba de que el obelisco permanecía parado, porque el coste de conservación, mantenimiento, limpieza y vigilancia era excesivamente caro. En agosto de 2014 trascendía que el Ayuntamiento había tasado el obelisco en 100.000 euros, a pesar de que en su día costó 14 millones de euros, de los que el Ayuntamiento pagó cinco, sin contar los 150.000 euros anuales de mantenimiento.
Una obra de altura
Aunque de apariencia difícilmente clasificable, la forma del conjunto se asemeja a la de una esbelta columna más que a un obelisco, como se le ha venido denominando por parte del arquitecto y la institución promotora. Según el proyecto inicial, la obra mediría 120 metros de altura, sin embargo, la compleja red de túneles subterráneos que pasan por la Plaza de Castilla hacía inviable, dado su peso, erigir en ella un monumento de tal magnitud. Por ello, se decidió finalmente rebajarlo a 92 metros. Se trata de una construcción piramidal, cuyo diseño se cree que está inspirado en la Columna del Infinito, una obra de unos 30 metros de altura del escultor rumano Constantin Brâncuşi, levantada en 1938 en Târgu Jiu (Rumanía).
El núcleo interno de la obra es un fuste metálico cilíndrico de 92 metros de longitud y dos de diámetro, que descansa sobre tres patas metálicas que pesan 50 toneladas cada una, y que se apoyan a su vez sobre tres pilotes de hormigón de 80 centímetros de diámetro y 26 metros de longitud. En vez de sustentar el mencionado mástil directamente sobre su eje longitudinal, se decidió hacerlo de este modo para no ejercer excesiva presión sobre un túnel preexistente en el lugar. Al fuste se fijan, mediante articulaciones, 462 costillas y 462 lamas de bronce de 7,70 metros de longitud, que revisten la totalidad del obelisco. Dichas lamas tendrían un movimiento bascular transmitido a través de las costillas, dando externamente la apariencia de un movimiento de ascensión de una onda a lo largo de la columna. En el trabajo de Calatrava subyace la idea de construcción continua e inacabada, que conecta cielo y tierra.
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