¡El Celtic es de Primera!

La temporada pasada ya ascendieron de Tercera a Segunda

JUAN CARLOS M. J.

Domingo 3 de junio. Cinco de la tarde. Jugadores, directivos, entrenadores y afición del Celtic Castilla estaban convocados para afrontar la última jornada de liga del Grupo 2 de Segunda Aficionados. Se jugaban el ascenso a Primera contra el Juventud Sanse en campo contrario, en un partido de infarto, ya que el Celtic tenía 73 puntos y su rival 72, con lo que al equipo de Tetuán le valía incluso el empate para lograr el objetivo de subir a Primera.
A las cinco y cuarto salía el primer autobús rumbo a San Sebastián de los Reyes, desde los Campos de Fútbol del Canal de Isabel II (avenida de Pablo Iglesias, 15), con jugadores, técnicos, directivos y “Tetuán 30 días”, que tuvo el privilegio de cubrir la jornada in situ; a las seis, un segundo autobús lleno de aficionados, incluso de chavales de las categorías inferiores y de los jugadores que no fueron convocados, se desplazaba para acompañar al equipo, en total casi 300 personas que llenaron de colorido las gradas del Complejo Dehesa Vieja, campo del Juventud Sanse.

SUFRIMIENTO Y ASCENSO

A las siete de la tarde, con una temperatura agradable, el mejor árbitro de la categoría, auxiliado por dos asistentes en las bandas por la trascendencia del partido –en Segunda Aficionados no hay linieres, salvo que se soliciten expresamente− arrancaba el encuentro, con las dos aficiones volcadas con sus colores. El Juventud Sanse, todo de azul, y el Celtic Castilla, con su indumentaria habitual, blanca con una franja roja y azul, buscaban el ascenso.
El encuentro no pudo comenzar mejor para el Celtic, que en el minuto 4 se adelantaba en el marcador con un gol de Mario, aprovechando un fallo del portero rival. Todo se ponía de cara muy pronto y, además, el Celtic tuvo ocasiones para haber ampliado la ventaja, pero fue el Sanse, en el minuto 32, el que igualó la contienda con un golazo. Así, con alternativas en el juego se llegó al descanso.
La segunda parte fue un calco de la primera, con oportunidades para ambos equipos, hasta que llegaron los cinco últimos minutos, donde se lo jugaban a todo o nada. El Sanse apretó mucho, dispuso de una ocasión clara, remató al larguero y colgó una falta en los últimos segundos del descuento, pero por fin el árbitro, impecable durante todo el partido, al igual que las dos aficiones y el comportamiento ejemplar de todos los jugadores y entrenadores, pese a lo mucho que había en juego, pitó el final y solo se escuchó un grito: ¡El Celtic es de Primera!
Sobre el terreno de juego alegría desbordada de jugadores, aficionados, directivos, técnicos… que se fundían en abrazos, descorchaban champán y manteaban a su entrenador, Javier Romero.
En el césped, el capitán, Mayith, reconocía que “era como una final de la Champions para nosotros y lo hemos conseguido, gracias sobre todo al apoyo de nuestra afición”. El autor del gol, Mario, aseguraba que “hemos sufrido mucho, pero el equipo ha estado enorme y se lo merecía, igual que nuestro entrenador”. Y el central, Israel, ya pensaba en la siguiente temporada: “Hay que intentar subir a Preferente”.

VA POR LA AFICIÓN

Se ponía así el broche final a una liga en la que el Celtic ha quedado segundo, con 74 puntos, 22 partidos ganados, 7 empatados y tan sólo 5 perdidos, siendo el equipo más goleador de toda la categoría, con 111 goles.
Su entrenador, artífice de dos ascensos consecutivos −también en esta temporada 2017/2018 han subido de categoría el Infantil A y el Juvenil A−, atendía a “Tetuán 30 días” en el autobús de regreso al barrio, entre la alegría y los cánticos de sus jugadores: “El resultado ha sido justo, en un partido muy parejo y con fases de dominio alterno. Hemos sufrido hasta el final, además en campo contrario, pero sabemos sufrir y hemos recogido los frutos de una gran temporada, sobre todo con una segunda vuelta espectacular, con una sola derrota”.
Javier Romero tenía claro a quienes dedicar este ascenso a Primera: “Va por nuestra afición, que siempre nos apoya, incluso en los momentos difíciles”. De cara a la siguiente temporada, el míster, entrenador nacional, que con 27 años ha tenido ofertas −que ha rechazado−, para entrenar en Estados Unidos y China y poder vivir de ello, afirma que “el objetivo es mantenernos en Primera, con la base de este mismo equipo, que es una piña y que lo da todo en cada partido. Es un orgullo ser su entrenador”.
El final de la temporada no ha podido ser mejor, porque para la próxima podremos disfrutar del Celtic en Primera. ¡Enhorabuena, campeones!


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