Menudo revuelo se ha armado con el informe de la OMS sobre los peligros del consumo de la carne procesada y las carnes rojas. Oshidori asume el riesgo.
Ni médico ni adivino:
que no me toquen el beicon,
la panceta ni el tocino.
Porque es sabrosa y crujiente,
la tira de beicon frito
no pué hacer daño a la gente.
Si de huevos la acompañas
y la tomas bien temprano
te quita hasta las legañas.
Ahora también las salchichas,
nos indican los expertos
que si las comes, la espichas.
Salchichas y beicon juntos
te aseguran un responso
el día de los difuntos.
Y esto trastorna mi mente
pues mi animal preferido
es el perrito… caliente.
No se libra la hamburguesa
ni la carne que, picada,
echas a la boloñesa.
Lo sano que parecía
ese Big Mac o ese Whopper
cuando yo me los comía.
Cuando leí la noticia
intuí que iba a quedarme
con el tipín de Letizia.
Y uno, que es muy sentido,
no pudo evitar llorar
al ver lo del embutido.
Ver sojuzgado al chorizo
no os podéis ni imaginar
cuánto daño que me hizo.
Que más nociva y bandarra
es la familia Pujol
que un kilo de butifarra.
De estas genealogías
tenemos para poner
más de 100 charcuterías.
Del ibérico jamón
diré que, quien lo critique,
merece la excomunión.
Mas si se ponen así,
todo el jamón que no quieran
que me lo envíen a mí.
Oshidori
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