Cuando los tetuaneros se convirtieron en madrileños de la capital

Se cumplen 75 años de la anexión de Chamartín de la Rosa a Madrid


El 5 de junio de 1948 los tetuaneros se convirtieron oficialmente en vecinos de la ciudad de Madrid. Lo hicieron, eso sí, a fuer de chamartineros. Aquella tarde, el Ayuntamiento de Chamartín de la Rosa, al que desde sus inicios pertenecía la barriada de Tetuán de las Victorias, celebraba la anexión a la capital madrileña con un acto en su sede de Bravo Murillo, la misma que hoy alberga la Junta Municipal de Tetuán y que desde 1934 llevaba administrando los asuntos de esta villa que había permanecido hasta entonces independiente de la ciudad.

Durante los primeros años de la posguerra en la capital, la llegada masiva de inmigración procedente de toda España en busca de trabajo había provocado la necesidad de ampliar el área metropolitana, incorporando los municipios más próximos. Primero fueron Carabanchel Alto y Bajo, a finales de 1947, y el siguiente turno fue ya para Chamartín de la Rosa, histórica villa cuyos orígenes se remontan a la época medieval. Hasta 1954, el alcalde de Madrid, José Moreno Torres, conde de Santa Marta de Babio, anexionó 13 municipios limítrofes de la capital, entre ellos Canillas, Canillejas, Hortaleza, Barajas, Vallecas, El Pardo, Fuencarral o Villaverde. Tras estas absorciones, Madrid pasó de tener 68 kilómetros cuadrados a algo más de 600.

Además de la barriada de Tetuán, la circunscripción de Chamartín abarcaba también otros barrios conocidos y que forman parte actual del distrito, como Ventilla, Castillejos –que comprendía el barrio de Los Pinos–, Almenara –que incluía a su vez El Cubillo– y Huerta del Obispo. Y otros, ya hacia el este de Plaza Castilla, como Progreso y El Pinar, que hoy se mantienen dentro de Chamartín.

El “estirón” de Madrid

“La Villa ha dado un nuevo estirón”, explicaban en ABC, tras la incorporación chamartinera. “Diríamos que se halla en pleno periodo de crecimiento y hasta sucede con ella lo que con tantos chiquillos a los que la imprevisión de sus mayores no equipó de ropas crecederas”, añadían, haciendo una analogía entre la cortedad de “pantalones, falditas y mangas” de los infantes con la insuficiencia de “servicios” municipales que iba a generar la ampliación de la urbe, cuyas infraestructuras y equipamientos serían a partir de entonces competencia del Ayuntamiento central.

Y es que sólo la unión con Chamartín de la Rosa supuso la incorporación a la capital de cerca de 76.000 habitantes. El municipio había crecido de manera extraordinaria desde principios de siglo, cuando no alcanzaba los 5.000 vecinos, aunque desde hacía unas cuantas décadas el grueso de su población vivía en terrenos del Tetuán actual. En los años 20, en torno al 80 % de los chamartineros residían ya en estas calles, donde en 1888 habían trasladado las dependencias municipales. Ese año, un edificio de alquiler en la calle del Roble sirvió como primera casa consistorial a este lado de la Plaza de Castilla, hasta que en 1934 se levantase la ubicada en Bravo Murillo, 357.

Por otro lado, la anexión de Chamartín a Madrid significó oficializar una unión que desde hacía tiempo se daba por hecha oficiosamente, más aún tras la aprobación dos años antes del Plan de Ordenación Urbana conocido como Plan Bidagor, que incluía las obras de prolongación del paseo de la Castellana, desde los terrenos del antiguo Hipódromo, donde hoy se asientan los Nuevos Ministerios.

‘Independiente’ desde 1955

Para entonces, Tetuán y Cuatro Caminos –una parte de cuya barriada quedó adscrita a Chamberí– contaban ya con la mayoría de edificaciones importantes, como los Titanic, el colegio y la iglesia de los Salesianos, el Cine Europa, el colegio y el instituto Jaime Vera, el Cuartel de La Remonta o la Iglesia de Nuestra Señora de las Victorias. También la Iglesia de San Antonio, en Bravo Murillo, se había inaugurado unos meses antes de aquel junio de 1948, mientras que en Chamartín acababa de estrenarse el que sería el futuro Santiago Bernabéu, entonces conocido como Nuevo Chamartín, con capacidad para 75.145 espectadores y considerado el estadio de fútbol más moderno de la época en todo el mundo.

El distrito comenzaba pues hace 75 años a ganarse una posición en la capital de España, si bien aún tendrían que pasar siete años más, hasta 1955, para que Tetuán adquiriese estatus propio como distrito independiente, desligado ya de su tradicional vínculo con Chamartín de la Rosa. Una separación que la brecha de la ampliación de la Castellana fue haciendo cada vez más evidente.


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