Luz verde a las obras: así será la ‘nueva’ Plaza de la Remonta

El nuevo arbolado, clave de un proyecto que redistribuye algunos espacios y mejora los accesos, y en el que el Ayuntamiento invertirá 4,9 millones

Más de una década llevan los vecinos de Tetuán esperando la reforma integral de La Remonta, la plaza más grande y una de las más degradadas de la capital. Esta vez, sin embargo, su arreglo parece inminente: La Junta de Gobierno acaba de aprobar la remodelación de la plaza, un proyecto que cuenta con un presupuesto de 4,9 millones de euros y que tratará de dar solución a los múltiples problemas que desde hace años padece el espacio.

El proyecto mejorará la accesibilidad tanto en la plaza como en todas sus entradas, e introducirá mejoras en la distribución del espacio, además de nuevo mobiliario y más árboles. Los trabajos tienen un plazo previsto de ejecución de 12 meses, y se actuará sobre una superficie de 16.229 m2.

Espacio central y nueva hilera de árboles

Las obras afectarán tanto a la propia plaza como a los accesos, y se redefinirán algunos de sus usos, manteniendo el espacio central, que seguirá actuando como “plaza mayor” y que se marcará además a través del color del pavimento. A un lado se ubicará una pérgola de uso público con mobiliario, y al otro una fila de arbolado nuevo. El templete que ocupa el centro desaparece del espacio, sustituido por un anfiteatro situado en la actual área infantil, que se traslada a la zona del instituto.

Las zonas ajardinadas se renovarán completamente, con un diseño más diáfano y permeable que el actual. En cuanto al arbolado, una de las claves de la remodelación, se respetará el existente –algunos ejemplares permanecen desde los tiempos del cuartel de caballería–, y se introducirá “un numero importante” de nuevos tanto en toda la zona sur –el espacio más pegado a la salida por Azucenas–, como en los accesos, lo que permitirá reducir la dureza actual, dotándola de un mayor confort climático.

Mejoras en todos los accesos

En los accesos la actuación se centrará en resolver la accesibilidad peatonal a la plaza, así como en mejorar la visibilidad de esta desde el exterior. Para ello se intervendrá en cuatro puntos de entrada: desde Müller, donde se renovarán todos los elementos, incluido el acceso al aparcamiento, como en la calle Azucenas, que sustituirá la actual y deteriorada escalera por una escalera-rampa, para cumplir la normativa vigente. En ambas vías se habilitarán aceras continuas y, además, para mejorar la calidad ambiental y estancial, se introducirá una banda de arbolado y nuevos elementos de mobiliario urbano.

Además, se renovará el acceso rodado desde la calle del Capitán Blanco Argibay, con un nuevo diseño con pequeñas zonas estanciales y elementos de vegetación, así como nuevos pavimentos. Finalmente, en la entrada a la plaza desde Bravo Murillo se introducirá una banda de arbolado y nuevo mobiliario urbano, manteniendo el ancho suficiente para el paso de vehículos de emergencia. Sobre el aparcamiento subterráneo, de gestión indirecta mediante concesión, se intervendrá en tres aspectos: impermeabilización completa frente a la humedad, acondicionamiento de los accesos y mejora de la accesibilidad.

Una década de espera

La degradación durante años de la mayor plaza porticada de Madrid le ha valido para ganarse el apelativo de “la peor” conservada de la capital. Plagada de socavones y con problemas enquistados como el continuo trasiego de vehículos, su deterioro obligó incluso al traslado en 2018 de las fiestas del distrito por motivos de seguridad. Ese año se llevó a cabo un concurso de ideas para su rehabilitación, pero hasta 2020 no se firmó el contrato para la redacción del proyecto de obras. Por último, aunque desde la Junta Municipal se explicó que la reforma arrancaría este año tras el verano, los vecinos aún han tenido que esperar varios meses más hasta la aprobación definitiva de las obras, lo que significa que en unas semanas podrían comenzar a llegar los primeros operarios.