Existe en Madrid un valioso mapa que pasa desapercibido por gran parte de los residentes de esta ciudad. Muchos madrileños y madrileñas desconocen que hay un auténtico patrimonio paisajístico en cada uno de nuestros distritos. Con frecuencia, a escasos pasos de nuestros barrios, contamos con verdaderas joyas naturales que son fácilmente ignoradas. El ciudadano común transita por el entorno urbano sin prestar demasiada atención a estos espacios que, en muchas ocasiones, esconden singularidades e historias que le dejarían asombrado si alguien tuviera a bien invitarnos a conocerlas.
Si esto ocurre con el que vive aquí, no digamos ya para aquellos que se acercan de visita a la ciudad, cuyas guías que recogen los puntos de interés turístico obvian sin contemplación verdaderos rincones de la ciudad que bien merecerían una promoción de sus atractivos naturales. Incluso, para los mismos gatos capitalinos flota a menudo una neblina que no permite recordar los nombres de estos lugares o dónde ubicarlos en el esbozo mental que tenemos de la capital.
QUINTA DE VISTA ALEGRE
[Parque histórico. Calle del General Ricardos, 179. Distrito Carabanchel]
Probablemente uno de los enclaves más desconocidos por los habitantes de Madrid. Fue el lugar de esparcimiento y recreo para la alta burguesía y miembros de la nobleza durante los siglos XVIII y XIX, por su cercanía a la Corte y su buen clima. La Reina María Cristina mandó llevar a cabo diferentes transformaciones en el entorno para hacer del lugar su nueva residencia de verano. Entre las actuaciones que dieron lugar cabe destacar el levantamiento de las caballerizas, invernaderos o el encauzamiento de una ría artificial que recorre 700 metros de la parcela. Además, se plantaron unos 20.000 árboles y se construyó el Palacio Viejo.
Actualmente podemos ver edificaciones de aquella época como la Gran Estufa, de estilo neoclásico, que sirvió para aclimatar variedad de plantas y cítricos exóticos y hoy está habilitada como espacio expositivo para el público. Contigua a la nave, bajo la cúpula, se encuentra el Baño de la Reina, estancia que aún se conserva. En 1859 el marqués de Salamanca adquirió la Quinta de Vista Alegre, e impulsó el esplendor de la finca añadiendo unos fabulosos jardines de sombra de estilo romántico, con esculturas de mármol -de las que sólo se conservan los pedestales-, se reformó el Palacio Viejo transformándose en el Nuevo terminando las obras de la fachada, la escalera de acceso a la puerta principal y acondicionando las estancias interiores con decoración y ornamentación exótica que alojarían la colección de arte del marqués.
Posteriormente los herederos de José Salamanca y Mayol vendieron la finca en 1886 al Estado español para que fuese dedicada a la beneficencia. Desde entonces ha servido como sede de diferentes instituciones educativas, como centro para personas mayores o escuela de danza. Hoy en día es un auténtico regalo pasear por sus jardines, disfrutar de los aromas que regala su parterre durante los meses de primavera.
Como curiosidad, hay que señalar que en los Jardines de Vista Alegre se encuentra el que se considera el cedro más viejo de la Comunidad de Madrid, plantado alrededor del 1800.
QUINTA DE LOS MOLINOS
[Parque histórico. Calle Alcalá, 527. Distrito San Blas-Canillejas]
El germen de la Quinta de los Molinos se remonta a primeros del siglo XX cuando el conde de Torre Arias donó unos terrenos al arquitecto César Cort, profesor de urbanismo en la Escuela de Arquitectura de Madrid y concejal del Ayuntamiento. Tiempo después el propietario fue añadiendo más parcelas hasta conformar un espacio de unas 30 hectáreas. La idea era acercar el campo a la ciudad. Con ese planteamiento se fue conformando una finca de recreo, con zonas de explotación agrícola y un marcado carácter mediterráneo. Almendros, olivos y pinos dan buena cuenta de ello.
Ya desde la entrada principal, por la calle de Alcalá, un pasillo flanqueado por plataneras altas reciben al visitante, que puede encontrar un agradable paseo y lugares de descanso bajo la arboleda. Como construcciones particulares encontramos el Palacete y la Casa del Reloj. El parque tiene una división muy clara: por el norte el parque romántico y la zona sur, de carácter agrícola.
La Quinta toma su nombre de los molinos que se alzaron para la extracción del agua. La importancia del agua es fundamental para entender la constitución del lugar, ya que fue necesaria la construcción de albercas, balsas y fuentes. Prácticamente desde el principio se fueron descubriendo pozos y manantiales que abastecían el terreno.
A la muerte de César Cort, en 1978, la Quinta es cedida por sus herederos al Ayuntamiento de Madrid mediante un convenio urbanístico. En los últimos años se han llevado a cabo trabajos de renovación tanto de los edificios como del perímetro. El visitante puede encontrar un estanque, zonas de césped, senderos a través de hileras de eucaliptos o conocer diferentes exposiciones en la Casa del Reloj, recientemente renovada.
El atractivo más conocido de la Quinta de los Molinos es la belleza de los almendros en flor durante los meses de febrero y marzo, que conforman hileras de arboleda rosada. Un auténtico espectáculo visual que los madrileños no deberían perderse cada año.
PARQUE EL CAPRICHO DE LA ALAMEDA DE OSUNA
[Parque histórico. Paseo Alameda de Osuna, 25. Distrito Barajas]
Nos encontramos ante uno de los máximos exponentes de villa suburbana de España. El jardín fue creado a finales del siglo XVIII. Fundado por María Josefa Pimentel, duquesa de Osuna como residencia estival. El parque y los jardines de “El Capricho” son un brillante ejemplo de las tendencias artísticas, paisajísticas que se daban en Europa en aquella época. Un auténtico museo natural a las afueras del centro de Madrid.
Las edificaciones como la Casa de las Abejas, la Ermita, Casa rústica (pastores), el Casino, el Fortín, eran los “caprichos” que hacían las delicias de aquellos privilegiados que se acercaban a la villa de los duques de Osuna. El templete de Baco, que se erige en una de las colinas de este parque histórico, es el símbolo del lugar, evocando el ocio, el tiempo inmutable, la dispersión y el disfrute de los sentidos en un entorno inigualable.
El palacio es un edificio relevante. Recientemente se aprobaron las obras para convertirlo en un museo que tendrá como misión divulgar la historia de los duques de Osuna y su relación con el parque y que contextualice el valor de “El Capricho” como una de las joyas verdes con las que cuenta la ciudad.
Son numerosas las leyendas que dan fama al parque: ¿De verdad hay un ermitaño enterrado bajo una pirámide masónica? ¿Es cierto que se puede ver un búnker republicano de la Guerra Civil española preparado para la guerra química? ¿Está la Casa de la Vieja habitada por fantasmas?
REAL JARDÍN BOTÁNICO DE ALFONSO XIII
[Titularidad correspondiente a la UCM. Avenida Complutense s/n. Distrito Aravaca]
Encargado el proyecto en 1927 por el rey Alfonso XIII, este jardín botánico constituye el pulmón del campo universitario de la Universidad Complutense de Madrid. Fue inaugurado en 2001 con diseño del arquitecto Fernando Gil-Albert. No son muy numerosos los estudiantes que recorren la Ciudad Universitaria a diario y que conocen la existencia de este jardín. Imaginamos que muchos menos han tenido la posibilidad de acercarse a visitarlo. El Real Jardín Botánico se encuentra ubicado entre las facultades de Farmacia y Biología. Con una superficie aproximada de unos 50 mil metros cuadrados, cohabitan unas 1.000 especies vegetales y es el sitio idóneo para el conocimiento, investigación y la divulgación botánica.
Una vez dentro del propio jardín hay un agradable paseo circular propuesto para el visitante que se extiende flanqueado por grandes maceteros blancos, castaños y rosaledas de diferentes tonalidades. Se recomienda la visita en primavera para tener la oportunidad de percibir la variedad de aromas que regalan estas flores. Una vez se llega a la plaza redonda del centro del Jardín Botánico, hay dispuesto un reloj biogeológico que explica las diferentes edades de la Tierra, así como los eventos que han marcado el devenir de nuestro planeta (explosiones, extinción de especies, aparición de otras…).
A escasos pasos se encuentra la Huerta, donde se puede aprender el ciclo de cultivo de verduras y hortalizas. En otra zona encontramos una parcela dedicada a las plantas medicinales u otras especies botánicas para el uso como tintas o de cosmética. Siguiendo el cauce de un riacho que va a parar al lago, se aprecian diferentes ejemplos de plantas de ribera.
En su aulario se programan ciclos de fotografía, exhibiciones artísticas, muestras de arte textil, etnográficas, así como diversos talleres. Uno de los reclamos más notables del Jardín es la celebración de conciertos durante los meses de verano dentro de las “Noches del Botánico” donde confluyen la música en vivo con un entorno natural, privilegiado, de la ciudad de Madrid.
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