Después de esperar muchos años la promesa del Ayuntamiento de hacer un parque sobre el parking construido entre las calles de Castilla, Navarra y Goiri, por fin el pasado 30 de marzo se celebró la inauguración.
Ahora, antes de transcurrir 15 días, se ha convertido en un gran basurero donde el gamberrismo y la barbarie lo convierten en un lugar imposible para que sea utilizado por los más pequeños.
Los elementos que han instalado demuestran poca generosidad por parte del Ayuntamiento. El espacio para mayores, comparado con el que existe, por ejemplo, en el parque de Santander, es humillante, los juegos para niños son escasos y sólo para los muy pequeños; además, hay muy pocos bancos.
Alguien ha tenido la “feliz” idea de rellenar con piedrecitas grandes zonas. Éstas han inundado todos los espacios convirtiéndolas en peligrosas.
Está claro que para nuestros gobernantes hay barrios considerados de inferior categoría y hacen estas discriminaciones entre los ciudadanos. A esto se ha unido la falta de civismo, de educación y de amor por la limpieza de algunos vecinos.
La preciosa escultura dedicada al poeta que da nombre a la plaza ya está pintada y ultrajada. Hay un montón de botellas de plástico y cristal por todos lados, bolsas tiradas, basuras de todo tipo... Las escasas papeleras están siempre llenas y en los alrededores derramado el resto de la suciedad. No sé si hay alguien encargado de la limpieza: no se nota.
Los que conocen la zona saben que éste es el único parque en todo el barrio. La ilusión de disfrutar de un espacio agradable se ha desvanecido.