El grandioso y poco conocido retablo de la Basílica Hispanoamericana de la Merced

Esculturas de Tetuán (IX)

En esta ocasión, ya casi rozando la Navidad, vamos a hablar del curioso y poco conocido retablo del altar mayor de la Basílica Hispanoamericana de la Merced, en la calle de Edgar Neville, 23, en el barrio de Cuatro Caminos, obra del asturiano Joaquín Rubio Camín.

Se trata de una de las siete basílicas que existen en Madrid, junto con la Real Basílica Colegiata de San Isidro, la Basílica de Jesús de Medinaceli, la de San Francisco el Grande, la Basílica Pontificia de San Miguel, la Real Basílica de Nuestra Señora de Atocha, y la Basílica de la Milagrosa.

La Basílica Hispanoamericana de la Merced fue proyectada por los arquitectos Francisco Javier Sáenz de Oiza y Luis Laorga. Las obras, que duraron 16 años, comenzaron en 1949 y concluyeron en 1965 tras muchos problemas: se paralizaron las obras en varias ocasiones, los arquitectos no cobraban, se realizaron cambios en las propuestas originales… Todo esto acabó con la amistad de Oiza y Laorga, que además de trabajar juntos eran amigos, e incluso ambos renunciaron a la autoría.

El edificio es una construcción monumental construida en piedra y bloques de hormigón, y de dimensiones extraordinarias: 66 metros de largo, 35 de ancho y 42,5 de alto, medidas que hacen que sea la mayor iglesia de Madrid, con planta de cruz latina convencional, nave central con 10 capillas laterales –dedicadas en su mayoría a patronas de diferentes países latinoamericanos–, galería superior y crucero con cúpula sobre tambor, que da paso al altar elevado en la cabecera.

El retablo

En el impresionante interior, de 25 metros de altura, destaca el grandioso retablo del escultor Joaquín Rubio Camín (Gijón, 1929), que también destacó como pintor, diseñador y fotógrafo español.

La obra de Camín fue realizada con las láminas de hierro del despiece de un barco. La figura principal, situada en la parte superior del altar, es la imagen expresionista de un Cristo crucificado de grandes dimensiones, nueve por siete metros; debajo y a ambos lados del Cristo se completa el retablo con cinco grupos de figuras geométricas y grandes cadenas, que en su reflexión sugieren conceptos religiosos. A ambos lados del altar hay dos grandes vidrieras, que iluminan este atrevido e impactante conjunto escultórico.

El escultor también realizó el fondo, franja metálica de aluminio, donde se encuentra la imagen de la Virgen de la Merced, y un pequeño crucifijo junto a la sacristía. Estos trabajos los realizó junto a Roberto Laorga, hijo de Luis, que participó en muchos aspectos de la decoración interior. La imagen de La Merced tallada en madera policromada fue realizada en 1970, y es una copia de la virgen del siglo XIV que se encuentra en la iglesia de La Merced en Barcelona, patrona de la ciudad.