Que estamos en una sociedad en la que cada vez prima más el individualismo y la falta de comunicación –al amparo de las nuevas tecnologías− es un hecho innegable. Y que la clase política está cada día más alejada de la realidad y desconectada de las necesidades y demandas de los ciudadanos es también irrefutable.
Al margen de la inoperancia palpable entre los políticos, por llegar a un acuerdo que permita la gobernabilidad de España, que nos ha llevado a citarnos nuevamente con las urnas el próximo 26 de junio, si descendemos al terreno autonómico y local, son muy difíciles de entender ciertas decisiones, que en absoluto están acorde con lo que realmente reclaman los vecinos. Así, no es de recibo que la Comunidad de Madrid vaya a proceder al cierre de 25 estaciones en la Línea 1 de Metro, la más importante que atraviesa Tetuán a lo largo de Bravo Murillo: Cuatro Caminos, Alvarado, Estrecho, Tetuán, Valdeacederas y Plaza de Castilla, ahí es nada.
El 18 de junio, y hasta finales de octubre, se cerrará totalmente el tramo entre Plaza de Castilla y Sierra de Guadalupe, una Línea en la que viajan 275.000 personas cada día, y que ahora los responsables de tan impopular medida creen que van a paliar semejante decisión con los típicos autobuses alternativos, ésos que siempre van tan llenos, que al final se buscan otras soluciones alternativas.
De momento, vecinos, asociaciones, colectivos y algunos partidos políticos, como Ahora Madrid, PSOE e IU, ya se están manifestando en nuestro distrito, para reclamar un cierre de la Línea 1 por tramos y que se realice de forma escalonada, es decir, no están pidiendo otra cosa que sentido común, algo de lo que adolecen la mayoría de nuestros políticos. Nadie está poniendo en duda que sea necesario reformar estas estaciones centenarias, pero sí que se haga de otra forma, que no afecte a tantas personas a la vez.
En todo caso, no son sólo los gobernantes quienes demuestran no pensar en los ciudadanos. También hay ciertos vecinos que no piensan para nada en los demás, como se puede constatar cuando hemos sabido que Tetuán es uno de los distritos con más excrementos caninos en la vía pública. En este sentido, ya estamos hablando de falta de educación y de un comportamiento incívico por parte de los dueños de perros, porque la culpa no es del animal, sino de quienes no recogen las deposiciones de sus mascotas, que no pueden quedar impunes ante tan reprobable acto. Por eso, aplaudimos la medida del Ayuntamiento de poner multas de entre 751 y 1.500 euros o que se realicen trabajos de limpieza los fines de semana, para evitar pagar la multa, así como la puesta en marcha de “patrullas anticacas”; a ver si de esta manera, podemos ver nuestras calles más limpias. Por desgracia, parece que la gente sólo reacciona cuando ha de pagar multas, por algo que se soluciona con educación y pensando un poco en los demás.
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