El 7 de enero de este año quedará marcado en rojo como el día en que se atentó contra la libertad de expresión. En esa fecha se perpetró un atentado por parte de yihadistas contra el semanario satírico francés “Charlie Hebdo”, en la capital parisina. Una barbarie más que sumar a las ya tristemente acaecidas años antes en Nueva York, Madrid y Londres. Como colegas de profesión, no podemos más que condenar y repudiar este tipo de actos, injustificables a todas luces.
Precisamente, es en momentos así, de máxima tensión, cuando más cordura hay que intentar poner sobre la mesa. Y así lo ha hecho, una vez más, el presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de España (Ucide) e imán de la Mezquita Central Abu Baker de Tetuán, Riay Tatary, quien ha denunciado públicamente esta desalmada acción criminal. Sus palabras conciliadoras dejan claro que el mensaje que hay que lanzar es el de convivir en armonía unos con otros, aunque se tengan puntos de vista, costumbres, culturas o religiones diferentes, y emplaza a todos los ciudadanos a que “podamos continuar construyendo un futuro en paz, a salvo de amenazas criminales”.
En este sentido, Tetuán es un ejemplo de convivencia entre tantas y tan distintas etnias como residen en nuestro distrito: los lógicos choques multiculturales que se produjeron en los primeros años de fuerte llegada de inmigrantes ya han sido superados y hoy hay integración y una convivencia pacífica. Y así tiene que continuar siendo, pese a que actos tan deleznables como el acaecido en París puedan invitar a la violencia: ahora es cuando más tiene que imperar el diálogo y el respeto entre la gente de bien.
Son, sin duda, tiempos convulsos, en los que prima el individualismo y donde la comunicación ha pasado de ser verbal a wasapeada o a través de redes sociales u otros canales tecnológicos, pero donde iniciativas como la llevada a cabo por el colegio San Juan Bautista de Estrecho, que ha puesto en marcha una Agencia de Colocación ASTI (Asociación Salesiana de Tecnología e Innovación), nos tienen que hacer ver que hoy es tiempo de alianzas y de ayudarse entre todos. Su más que loable propósito es el de ayudar a buscar empleo a personas que estén en el paro, la principal preocupación de los españoles en la actualidad. Y más digno de aplaudir todavía: es un servicio gratuito, donde el colegio sólo hace de intermediario entre quienes buscan y quienes ofrecen trabajo.
Mensajes e ideas de este tipo son los que hacen falta para no salirse del camino de la solidaridad y de la convivencia en paz. Respetar y enriquecerse con otras culturas, como se hace en Tetuán, es la mejor respuesta ante actos criminales que no deben generar miedo, sino más solidaridad y unión.
