–(Al móvil) ¡PePita, PePita, corre, corre, PaSOtE se ha vuelto loco!
–¿Pero qué pasa tIbU? Estaba en plena siesta.
–¿Siesta? Pero si son las doce de la noche. Anda, date prisa y ven a la calle de Orense, esquina con General Yagüe.
–Voy, voy, volando.
–(En el lugar de los hechos) ¡Dios mío PaSOtE! ¿Qué estás haciendo?
–(PaSOtE, martillo pilón en mano) Ya lo ves, destrozando la parada del bus, ésta y todas las demás.
–Para hombre, para. Encima con nocturnidad y alevosía. ¿Qué te han hecho las paradas? Si están nuevecitas, recién cambiadas.
–Por eso PePita. ¿Quién me ha consultado? Nadie. ¿Qué les pasaba a las otras? Nada.
–Bueno, han quedado muy monas.
–Ya, ¿y cuánto han costado? Han utilizado mi dinero, sin consultarme, cuando hay muchas otras prioridades.
–(A lo lejos se oyen unas sirenas de la Policía) PaSOtE, déjalo ya, que viene la poli.
–Que no tIbU, que no. Tengo mis derechos. Echa un vistazo a tu alrededor. ¿Qué ves?
–Hombre, pues a estas horas y con tan poca luz...
–¡Exacto! Ni los búhos podrían vivir en semejante oscuridad. No se ve una…
–¡PaSOtE! Venga, corre, corre.
–(Echan a correr los tres, en dirección a casa de PePita) Vale, lo dejo porque estoy algo cansado, lo que pesa el dichoso martillo. Pero mañana vuelvo a la carga.
–Anda, quítate la idea de la cabeza.
–Claro, vienen las elecciones y hay que demostrar al ciudadano que se hacen cosas, ¿no? Pues más valdría arreglar las aceras, que parecemos saltamontes saltando por el barrio (me suena mucho esta frase).
–Bueno, todo llegará, ya lo verás. Tómate una tila, y relájate.
–Prefiero un par de cervezas, si no te importa. Y un bocata calamares, con unas bravas. El martillo me ha abierto el apetito.
–Si lo sé te dejo dando porrazos. Anda, vamos.
REY
Deje un comentario