Presentada la primera guía sobre la Dehesa de la Villa

La obra ensalza su valor histórico y natural, pero también destaca su carácter popular

Aunque ya existían diversos cuadernos de estudios históricos, botánicos y didácticos, todavía no se contaba con una guía específica sobre la Dehesa de la Villa, “una asignatura que el Ayuntamiento de Madrid tenía pendiente, puesto que otros espacios verdes como la Casa de Campo o el Retiro ya disponían de publicaciones especializadas”, expresó la delegada de Medio Ambiente, Ana Botella, durante la presentación de “Dehesa de la Villa: naturaleza en la ciudad”, el pasado 5 de mayo en el Centro de Información y Educación Ambiental (CIEA) Dehesa de la Villa.
También estuvieron en este acto los autores del libro, Emilio Blanco (Doctor en Biología, especialista en Botánica y Etno-botánica) y José Monedero (de la Sociedad Española de Orni-tología, anillador, ornitólogo y defensor comprometido de la naturaleza), ambos vecinos de la Dehesa, la cual ha influido en sus vocaciones y ha sido fuente de aprendizaje para ellos.  
Emilio Blanco destacó en su intervención la alta biodiversidad del parque –a pesar de su reducido espacio–, que alcanza las casi 120 especies vegetales, “que se han recogido en un catálogo de plantas, algo que no se había hecho aún. Madrid es una ciudad especial para los naturalistas por su ubicación: es un lugar de transición y zona de paso migratorio de las aves. Las plantas silvestres y los insectos merecen igualmente nuestro interés”.
Refugio de 70 especies de aves (más que en muchas áreas catalogadas como ZEPA), pinos de 120 años (hay una subespecie de pino única) y más de un centenar de especies herbáceas, las 70 hectáreas que hoy ocupa la Dehesa de la Villa nada tienen que ver con su aspecto y su uso pasados, una historia que se remonta al año 1152, cuando el monarca Alfonso VII regaló estas tierras a la Villa de Madrid. Así, de bosque de encinas con abundante caza pasó a pastadero de las reses que abastecían a la capital; fue también zona de asentamiento militar, y, ya en su último periodo, lugar de recreo y esparcimiento de la clase popular, que se reunía en la Dehesa los días de fiesta para comer y divertirse. Y es precisamente su carácter popular lo que, según todos los asistentes a la presentación, convierte a la Dehesa de la Villa en un espacio singular. No sólo el uso ciudadano que se le diera antaño, sino el que le ha acompañado hasta nuestros días. “Aquí vienen los jubilados a jugar a la petanca; los padres con sus hijos; la gente a pasear a sus perros, a disfrutar de una de las mejores puestas de sol de toda la ciudad…: es un parque intensamente vivido por los madrileños”, enumeraba Botella casi melancólica.
De hecho, “Dehesa de la Villa: naturaleza en la ciudad” no sólo recoge un inventario de su valor ecológico, histórico y cultural, sino que además cuenta con un capítulo aparte en el que se retrata la “fauna humana” que frecuentaba este bosque, como naturalistas, jugadores de frontón, aprendices de torero, boxeadores, titiriteros… que se congregaban en el Cerro de los Locos. También dedica una mención especial a los sentimientos, al arraigo de este reducto natural en el corazón de los vecinos.
La guía puede obtenerse, en formato digital y de manera gratuita, descargándola desde la página web www.munimadrid.es.

 
CRISTINA SÁNCHEZ


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