La vida extraordinaria de la última reina del Nilo

“Cleopatra y la fascinación de Egipto”, en Arte Canal

Al fondo, las torres inclinadas de Plaza de Castilla flanquean la figura, encaramada a un pedestal, de un enorme gato, animal sagrado de Egipto y predilecto de la reina Cleopatra VII. El felino da la bienvenida a la nueva exposición del centro Arte Canal (paseo de la Castellana, 214), que con el título “Cleopatra y la fascinación de Egipto” rinde tributo a la última de la dinastía ptolemaica, personaje crucial que vivió un momento histórico de la civilización y constante inspiración para artistas.


La muestra pretende sortear “la milenaria publicidad negativa de la que goza el personaje”, según Giovanni Gentili –comisario, junto a Martín Almagro-Gorbea– y acercarnos a la exacta dimensión histórica de Cleopatra, más allá del mito que rodea a “la figura más adulterada de la Antigüedad”. En primer lugar por el Imperio romano, que la presentó como corruptora de sus representantes más gloriosos –Julio César, Marco Antonio– y, más tarde, por la ficción literaria y cinematográfica, que sobreexpuso su imagen más frívola frente a su faceta política. Cleopatra fue una mujer culta, ambiciosa e inteligente, atributos en los que probablemente cimentó su poder de seducción, más que en su ensalzado físico.


“Cleopatra y la fascinación de Egipto”, que podrá visitarse hasta el próximo 8 de mayo, es el resultado de dos años de trabajo, y consta de más de 400 obras procedentes de 80 museos y colecciones españolas e internacionales. Su recorrido, planteado como un cuento ilustrado, consta de ocho ámbitos, y comienza situando geográficamente la tierra del Nilo, con una entrada que simula la de un templo egipcio, para pasar a explicar la dinastía ptolemaica, que reinó Egipto desde la muerte de Alejandro Magno hasta su conversión en provincia romana, en el 30 a. C. En este ámbito se puede ver un audiovisual dedicado a Alejandría, donde los Ptolomeos establecieron su capital.


El tercer espacio se acerca ya a la última reina del Nilo, y recorre los momentos destacados de la vida de Cleopatra Filopátor Nea Theá (hacia 69-30 a.C) y su relación con los actores principales de su historia. Destacan aquí piezas como la cabeza retrato de mediados del siglo I a.C, cedida por el Museo del Louvre. También se aborda el trágico final de la reina y el encuentro, con un impactante audiovisual, entre Cleopatra y Marco Antonio en Tarso, “donde la reina subyugó al conquistador con un despliegue fastuoso de riqueza y sofisticación”.


Los siguientes ámbitos descubren el legado cultural que la nueva provincia impregnó en el Imperio romano, y presentan la figura de Cleopatra como inagotable fuente de inspiración artística, con obras como La muerte de Cleopatra, de Jean Baptiste Regnault o el retrato pintado por John William Waterhouse (1887); la muestra también deja un hueco para la relación del personaje con las artes escénicas, en un escenario teatral que acoge atrezo y vestuario de la película de Joseph L. Mankiewicz de 1963, protagonizada por Elizabeth Taylor.


Con el pasillo que recoge la influencia que el Antiguo Egipto ha tenido en España se cierra una exposición que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, señaló como “uno de los grandes acontecimientos culturales de Madrid durante estas navidades, y en los meses siguientes”, y que sin duda entusiasmará a la corte de admiradores que la última reina de Egipto atesora, más de 20 siglos después de que un áspid −presuntamente– le abriera las puertas de la posteridad.

David Álvarez de la Morena



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