¿Sabías que… El Guernica pudo acabar colgado en Azca?

El entonces primer teniente de alcalde aseguró que la idea del Ayuntamiento era instalarlo en la manzana financiera del distrito

A principio de los 80 se preparaba el regreso a España de una de las grandes obras de arte del siglo XX. Con la llegada de la democracia, el Guernica de Picasso volvería a España para cumplir el deseo del genio malagueño, y en abril de 1980 el primer teniente de alcalde de la capital, Ramón Tamames, anunciaba la intención del Ayuntamiento de que el cuadro se instalase en el complejo Azca, cuya ejecución por entonces no había concluido, aunque ya contaba con varios edificios terminados, como El Corte Inglés o el Windsor, y otros en obras, como las torres Picasso, Europa o Castellana 81.

El anuncio coincidió con el “bautizo” de la plaza central de la manzana, que se dedicaría a Pablo Ruiz Picasso. Aunque la ubicación exacta del cuadro no quedaba clara, esta “podría ser o bien en los subterráneos de la nueva plaza, donde se instalará una sala, que figurará como adicional del Museo del Prado, o bien en un edificio próximo a construir, que pertenecerá al Patrimonio del Estado y al Ayuntamiento de Madrid”.

Pese al deseo municipal, el globo sonda no tardó ni una semana en desinflarse: el director general de Patrimonio Artístico, Archivos y Museos, Javier Tusell, desautorizó al edil, cuya idea calificó como “muy desafortunada”, y explicó que “si se decide que el Guernica se quede en Madrid, se instalará probablemente en el Casón del Buen Retiro”, respetando así el deseo del pintor de que su obra fuera instalada en el Prado.

El Guernica aterrizaría finalmente en España el 24 de octubre de 1981, procedente del MoMa neoyorquino, y se colocaría en el citado anexo del Museo –lejos, no obstante, de los Velázquez–, donde permanecería hasta que, en 1992, se trasladaría al recién inaugurado Museo Reina Sofía.

Se esfumaba así la fantasía de que ese “Manhattan de secano” –como el propio Tamames se refería a aquel Azca a medio hacer– albergase una de las grandes obras de la Historia de Arte. Probablemente, nunca fue una ubicación realista, pero quién no soñaba en esos primeros Ochenta.

Recorte: ABC.