Los adoquines de Luis Portones, la calle olvidada por el Ayuntamiento

Quejas vecinales por el lamentable estado de un tramo de esta vía

Adentrarse en Luis Portones equivale a entrar en una máquina del tiempo para conocer cómo eran las calles del barrio hace unas décadas. Los vecinos de esta vía, que bordea uno de los grandes bloques en construcción del final de Marqués de Viana, llevan años quejándose de la calamitosa situación que sufre la calle, concretamente en el tramo entre las de Panizo y Carmen Portones. Y no precisamente por las obras: “La calle se encuentra en un estado lamentable, el firme es de adoquín y está totalmente descuidado, con numerosos baches que hacen muy difícil transitar por ella”, señala uno de los vecinos a este periódico.

Los residentes de Luis Portones denuncian que la calle “nunca se ha incluido en las últimas operaciones asfalto” que lleva a cabo el Ayuntamiento, “siendo una de las pocas de Madrid que sigue estando adoquinada, y es de paso obligado para coches y camiones del entorno”.

Además, han puesto varias reclamaciones, a través de la plataforma de avisos municipal para que sea rehabilitada, “y hasta la fecha han hecho caso omiso”, se quejan. “No entendemos cómo calles como Panizo se han asfaltado hasta en dos ocasiones en el último año, y no hacen nada para solucionar esta, que está en pésimas condiciones”.

“Se olvidaron del tramo”

Luis Romero, arquitecto y ex presidente de la Asociación de Afectados por el paseo de la Dirección, explica que el tema de Luis Portones es “un fallo en el proyecto de urbanización” de las calles aledañas al paseo, que se redactó en tiempos de la alcaldesa Manuela Carmena, y se ejecutó ya con Martínez-Almeida.

Un plan que tenía como objetivo arreglar las calles del entorno del paseo “para que no se notara el corte” entre las zonas nuevas y las colindantes deterioradas, y que, explica Romero: “Sencillamente, a la hora de redactar el proyecto se olvidaron del tramo de Luis Portones, y cuando se ejecutó tampoco tuvieron en cuenta esa ampliación necesaria”. Un descuido injustificable, porque “está claro que es preciso arreglar ese tramo”, concluye.