Los autores se defienden de las críticas al proyecto
Hypertube, el mirador de la discordia del “Paisaje Tetuán”
Tetuán 30 días, 9 de septiembre de 2014
Los seis tubos de hormigón armado apilados formando una pirámide en la confluencia de las calles de Hierbabuena y Nuestra Señora del Carmen pretendían ser “un lugar de encuentro para vecinos y paseantes, un espacio entendible que pusiera en valor otras estéticas, condiciones y usos de lo urbano”. Así se gestó el Hypertube, obra de los colectivos de arquitectos PKMN y Taller de Casquería dentro del proyecto “Paisaje Tetuán”, que suma 19 intervenciones en el distrito.
La actuación costó unos 3.000 euros y fue instalada a principios de año en una parcela de uso dotacional para equipamiento educativo que, hasta entonces, era “un solar abandonado y sin uso, más allá de paso y baño canino”, recuerda Enrique Espinosa, de PKMN. Pese a ello, el Hypertube se ha convertido en la obra más polémica del proyecto y la que más críticas ha recibido por parte de particulares y de formaciones como IU o asociaciones como la de Cuatro Caminos-Tetuán.
Quejas por la inseguridad
Esta asociación vecinal presentó en mayo una reclamación al Ayuntamiento, por los “serios problemas de seguridad” que presentaba al ser usado por los niños para sus juegos. También la concejala de IU-LV Milagros Hernández consideró que existía riesgo y añadió que la actuación se había convertido “en un contenedor de pintadas, basura y cristales rotos de botellas”.
Ante las quejas, el Consistorio admitió que la obra no estaba homologada al no tratarse de un área infantil, sino de un elemento del mobiliario, y rechazó mejorar su seguridad –como ya se hiciera en el Pleno de Tetuán, por los mismos motivos–, si bien el pasado julio puso un cartel advirtiendo del peligro y cerró el acceso a las escaleras. Además, desde el Área de las Artes se anunció que se llevarán a cabo nuevas adaptaciones y se realizará una intervención pictórica.
Los autores responden
Sobre las críticas, Enrique Espinosa asegura que gran parte vienen “de sectores o colectivos concretos” y que “la positividad siempre tiene menos capacidad de movilizar que la queja”. No obstante, quiere dejar claro que desde el principio “tanto los diseñadores como la institución involucrada han estado abiertos a incluir la voz de la comunidad local”, siempre que se trate de una participación “constructiva, desprejuiciada, dialogante y no politizada electoralmente”.
En cuanto a la falta de seguridad, el portavoz de PKMN considera que estas críticas “se han hecho desde la subjetividad y las lógicas del miedo, y no desde parámetros técnicos. La instalación es segura, cumple con el Código Técnico de Edificación y con las condiciones de uso de manera más segura que muchos de los espacios del barrio”.
En defensa de la obra
Más allá de los autores, el Hypertube también tiene defensores. Entre ellos, el presidente de la Comisión de Cultura del Consejo Territorial, José María Carrascal, que lo ve como “un folly, un capricho arquitectónico efímero, como los que hay en otras ciudades europeas”. Además, en las últimas semanas se ha lanzado una página en Facebook y el hastag #savehypertube, como “respuesta a la amenaza contraria al proyecto, porque estamos convencidos de que desde la participación, el diálogo y la adecuación a las necesidades de todos los agentes implicados, Hypertube tiene futuro como espacio de encuentro”.
Futuro del Hypertube
¿Cuál es, pues, el destino de la instalación? De momento, no está claro. Desde su génesis, el proyecto apostaba por la evolución, la mejora o, en su caso, la desaparición. PKMN cree que el futuro debería pasar “por la mejora del pavimento, la acotación del espacio para establecer un área para niños o la introducción de elementos de jardín y otros que permitan el descanso o la estancia en la plaza”.
Entretanto, la Asociación Vecinal Cuatro Caminos-Tetuán prepara este mes un “referéndum popular” para conocer qué desean los vecinos para el espacio, mientras los autores consideran que “será más sencillo, de menor coste y de mayor beneficio para el uso vecinal mejorar este espacio desde lo existente, que desmontar, vallar y anular todo el potencial invertido”. Ahora sólo falta saber cuál de esas posibilidades –evolución, cambio o desaparición– se concretará finalmente.
David Álvarez de la Morena
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