Esta crisis que tanto lleva entre nosotros se lo está llevando todo por delante; con tanto recorte para conseguir el objetivo de déficit que nos pone Europa −o la canciller alemana para ser más precisos−, nuestros servicios más básicos se están viendo afectados de manera alarmante.
Ya no es solo que haya recortes en educación y sanidad, que los hay, sino también en el servicio de transporte público, con huelgas un día sí y otro no en el Metro y la EMT, con menos autobuses disponibles −hay determinadas horas punta en las que se puede llegar a esperar a otro autobús más de 20 minutos−, pero pagando todavía más por el billete o el abono mensual: algo no funciona.
Y hay más. ¿Alguna vez han salido a entrenar por la noche o a dar un paseo nocturno? Pues mejor llévense una linterna potente o unas velas porque lo que es ver no se ve nada con las bombillas de esas farolas que no iluminan ni su sombra, y como las aceras están muchas de ellas tan indecentes, ojo con torcerse un tobillo porque después reclamar al Ayuntamiento es tarea imposible, con las telarañas que hay en sus arcas desde hace años, debiendo dinero a todo el mundo.
A veces me pregunto si somos un país desarrollado o simplemente en vías de desarrollo; si nos merecemos la clase política que nos gobierna, y tanta desfachatez y mentiras; ¿ha tocado fondo la crisis? ¿Nos van a rescatar de una vez? ¿Habrá más desempleados? Tantas preguntas para las mismas respuestas; ahora subo el IVA, recorto servicios... Siempre pagando los mismos.