A muchos de los que estén leyendo este artículo les sonará al menos el nombre de Juana Francés, y habrá bastantes que sepan que fue una pintora, que en un tiempo vivió y tuvo su estudio en Tetuán. Y así lo ha tenido en cuenta esta publicación, que a lo largo de los últimos años ha ido dando cumplida información de las más destacadas noticias que suscitaba el creciente reconocimiento de su obra; desde julio del 2008, cuando se inauguró en la sede de la Junta Municipal de Tetuán la sala que lleva su nombre con la correspondiente exposición y conferencia, hasta la charla con una ilustración exhaustiva, que más recientemente dio el autorizado crítico de arte Juan Manuel Bonet. Francés fue la única mujer que perteneció al grupo de artistas El Paso, y tuvo gran reconocimiento internacional: Bienal de Venecia, Guggenheim de Nueva York, Tate Gallery de Londres, y otras presencias.
Y ahora, al coincidir estas fechas con el aniversario de su nacimiento –Alicante, 31 de julio de 1924– parece motivo más que suficiente volver a recordar a Juana Francés, tanto en su creatividad indagadora de técnicas y temáticas, como para conocer algunos datos de su vecindad por Tetuán; la reciente tesis doctoral de Natalia Molinos nos lo podría actualizar.
Añado, para finalizar, mi recuerdo impactante de aquella exposición a finales de los años 70 en la mítica galería Juana Mordó: la pintura/escultura de la serie ‘El hombre y la ciudad’, una visión denunciadora y premonitoria de alienaciones devenidas. El que aún retornase después a una figuración más lírica y colorista comprende la cantidad de recursos y creatividad que tuvo Juana Francés. Volvamos a acercarnos a su obra para reconocer sus técnicas, descifrar y valorar la desbordante creación, de quien fue una de nuestras vecinas más ilustres.
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