Allá por 1994, un grupo de locos formó una cooperativa con la loca idea de fundar un periódico que respondiera a las necesidades informativas del barrio, constantemente eclipsadas por la férrea agenda de los medios generalistas. Casi todos aquellos locos fueron desviando sus quehaceres laborales, pero ‘Tetuán 30 días’ se mantuvo, y se mantiene hoy –más de dos décadas después–, como uno de los periódicos locales más veteranos de la capital.
No ha sido una travesía fácil, y no hace falta abundar en las sucesivas crisis que se han tenido que ir sorteando, que en nuestro caso han sido triples: económica, del periodismo y del papel. Nunca ‘Tetuán 30 días’ recibió ninguna subvención. Tampoco se persiguieron, ni nos convencía especialmente la fórmula, enfocados como estábamos en elaborar un producto de calidad y atractivo para lectores y anunciantes.
Hace unos meses el Ayuntamiento de Manuela Carmena ponía en marcha una convocatoria de subvenciones para la promoción y el desarrollo de la prensa escrita local, lo que abría un nuevo escenario para los esforzados medios madrileños dedicados a informar sobre sus barrios. El objetivo lo decía claramente: “Fomentar y promover el desarrollo de proyectos de comunicación de ámbito distrital o inferior, garantizando la función social de dichos medios que promueven una información de cercanía y proximidad, especialmente vinculada a las necesidades de la ciudadanía”.
No hay una sola cláusula de la convocatoria que ‘Tetuán 30 días’ no cumpliera sobradamente. Salvo una: la solicitud no fue presentada por una persona jurídica. Una condición ésta, según las bases, imprescindible para informar de lo que ocurre en los barrios. Autónomos, fuera. Si quieren montar un periódico, que se busquen la vida.
El matiz no es menor, pues rompe el tablero del ya de por sí precario equilibrio del mercado de la prensa de proximidad. Lo que quizá se le olvida al Ayuntamiento es que los medios hiperlocales no se caracterizan en general por ser grandes corporaciones –aunque alguna hay, y con su correspondiente subvención–, sino más bien, por ser medios pequeños que sacan sus números –y ‘Tetuán 30 días’ lleva 254– con mucho esfuerzo. Puede que al equipo de Carmena se le haya pasado también que no hay en todo el distrito –ni, probablemente, en todo Madrid– una publicación que lleve cada mes más noticias “de barrio” que las que lleva ‘Tetuán 30 días’, elaboradas de modo honesto, profesional e independiente. Resulta pues obvio que, si este medio no cabe en una subvención diseñada para “fomentar” la prensa local, o está mal hecha la convocatoria o el objetivo será otro, pero no el citado.
En cualquier caso, los tetuaneros pueden estar tranquilos. Con o sin subvención, seguiremos sin ataduras para publicar libremente lo que consideremos, por más que algunos amigos sin mala voluntad nos señalen como prensa “afín”. En todo caso, ‘Tetuán 30 días’ es prensa muy trabajada para llegar “a fin” de mes, y perdonen el chascarrillo. Y eso es algo que tenemos que agradecer en primer lugar a nuestros lectores, que con su interés nos demuestran que somos un producto interesante para el barrio; y, especialmente, a nuestros anunciantes, que confían en nosotros y en la importancia de lo que hacemos. Y que seguiremos haciendo, por más que el Ayuntamiento “del cambio” nos deje igual que estamos. Igual que hemos estado los últimos 23 años.
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