Rajoy vuelve a presidir
después de pasar un año
mareando la perdiz.
La abstención y el desatasco
me ha dejado, les confieso,
entre el bostezo y el chasco.
Si les digo la verdad,
ya me había hecho a la idea
de votar en Navidad.
Está, pues, sobre el tapete
otro Gobierno pepero
con un nuevo gabinete.
Siguen Guindos y Montoro,
y Fernández y Margallo
hacen mutis por el foro.
Los que se van no me apenan
pero la pena me entra
mirando a los que se quedan.
En Defensa, Cospedal
ya ha encargado la mantilla
para invadir Gibraltar.
Políticamente hablando,
Pedrito el guapo murió
y quiere morir matando.
Que ya hay más pedrosanchistas
que votos obtuvo cuando
encabezaba las listas.
Consiste el pedrosanchismo
en perder las elecciones
un día, sí, y otro, lo mismo.
Pablo Iglesias y Errejón,
por más que diga la prensa,
están a partir un piñón.
Por decirlo diferente:
están a ver quién le parte
al otro el piñón en la frente.
“Está feo especular”,
decía, con gesto grave,
el niño pijo Espinar.
Mas mientras no haya delito,
y tu padre te lo pague,
especular sí es bonito.
Vamos de mal en peor
pero aún veo una salida
para este trovador:
Si ya el mayor galardón
de las Letras tiene Dylan,
yo aspiro al de Eurovisión.
Oshidori
EL REVERSO NOVIEMBRE 2016: Soleás de la situación
Tetuán 30 días, 6 de noviembre de 2016
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