10 años junto a la mujer iberoamericana

Pachamama recuerda a las 9.000 usuarias que han pasado por el Centro de Día, un hogar para todas ellas

“Le debo tanto a Pachamama…”; “aquí no me siento sola, y puedo sacar todo lo que tengo guardado”; “ahora voy y vengo, hago y digo”. Son las voces de algunas de las casi 9.000 mujeres iberoamericanas que en estos 10 años han pasado por el Centro de Día de la Dirección General de la Mujer, situado en la calle de Lérida, único en España y gestionado por la Asociación Candelita.


Voces que en la celebración del aniversario llegaban a través de un vídeo hecho por las trabajadoras del centro. Era un jueves de noviembre, y las protagonistas de esta historia, en su mayoría empleadas de hogar internas, no pudieron acudir a la cita. El placer para ellas queda reservado a los domingos. “Pero los hogares no se cierran en festivo, por eso éste es nuestro hogar”, expresaba en representación de sus compañeras María Caizapanta, quien ahora está al frente de una cooperativa de empleadas de hogar que nació en este centro.


Con el final de la semana llegan a Pachamama los encuentros, las risas, la complicidad, los recuerdos... Son mujeres entre los 45 y los 55 años (más de 4.500 han sido atendidas este último año), en un buen número con estudios y procedentes, principalmente, de Ecuador, Bolivia y Perú. “Algunas vienen en situaciones muy precarias, en cuanto a empleo y documentación”, explica Begoña Núñez, una de las educadoras sociales. “Son la avanzadilla –detrás suele venir también la familia–, porque están dispuestas a aceptar cualquier trabajo, y ellos no”.


Pachamama (“la madre tierra”) forma parte de la Red de Atención Integral para la Violencia de Género de la Comunidad de Madrid, y trabaja por la integración de las mujeres latinoamericanas, desde una perspectiva de género e intercultural. La intervención se lleva a cabo en las áreas social, psicosocial, sociolaboral, jurídica y socioeducativa, y cuenta con una ludoteca, que ayuda a las mujeres con hijos a conciliar su vida familiar y laboral. Pero Pachamama es, sobre todo, un lugar de esparcimiento, lleno de vida y calor humano. Dan muestra de ello las fotografías que cuelgan de sus paredes, como las de la excursión a la nieve o las clases de teatro; la ropa de baile o el libro Tejiendo palabras, fruto del taller de escritura creativa.


A día de hoy hay problemas que se parecen a los de hace 10 años, como el económico o el de la violencia (8 de cada 10 usuarias la han sufrido alguna vez en su vida), según constató la directora del centro, Nuria de la Fuente.


La nota positiva es que, si en 2003 la mitad de estas mujeres sólo se relacionaba con personas de su misma nacionalidad y el 23% se sentía “nada integradas”, ahora el 80% se relaciona con personas de otras procedencias y, en general, afirman sentirse parte de la sociedad.

Cristina Sánchez


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