No es el nuestro un distrito célebre por sus monumentos, aunque esto suele responder antes al desconocimiento que a la falta de ellos. Y sin duda uno de los más relevantes es la estela funeraria dedicada al alcalde Agustín Rodríguez Sahagún, ubicada en el parque homónimo, y cuyo autor es Eduardo Chillida, considerado uno de los artistas plásticos españoles más importantes del siglo XX. Se trata de una columna de acero corten de tres metros de altura, que en su remate se abre en cuatro ramas entrecruzadas.
Nuestro ‘Chillida’ brega desde hace años con el maltrato que los vándalos le infligen periódicamente y que los operarios municipales tratan de remediar, en un bucle perpetuo, para enojo de los vecinos sensibles y civilizados.
La obra se descubrió en enero de 1995, en un acto al que acudieron la mujer y los hijos del homenajeado, junto al alcalde José María Álvarez del Manzano y el propio Chillida. Rosa Martínez, viuda del ex alcalde, comentó que el monumento hacía realidad uno de los deseos de su marido, el de conseguir la integración del arte en la naturaleza y de ésta en la ciudad.
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