Mucho antes de que el 15M la eligiera como espacio de reivindicación y activismo, la plaza del Canal de Isabel II no existía nada más que como un destartalado solar, en pleno Bravo Murillo, y semioculto tras unas vallas publicitarias. Desde principios de los 90, en esta ‘privilegiada’ ubicación vivían las cuatro familias de los Amaya, “sin agua y con la luz enganchada malamente”, y ocupando las ruinas de los habitáculos que quedaban en pie junto a la calle del Doctor Mariani. Por la noche compartían espacio con algunos vehículos de vecinos, que optaban por este improvisado aparcamiento. “Como nunca ha desaparecido ningún radiocasette ni ha sido robado coche alguno, nadie tiene quejas nuestras”, decía, en tono jocoso, José, hijo de la matriarca Rosario. Su único propósito: “No queremos dinero, sólo tener un sitio donde poder vivir como personas, y no tener que estar recogiendo el agua de una boca de riego y almacenarla en garrafas”.
Aquel malvivir de los Amaya paralizaría durante unos años la construcción del PERI Playa Victoria, que llevaba aprobado desde 1985. Justo 10 años después, el Ayuntamiento y la Junta de Compensación acordarían el traslado de las familias y la reanudación de las obras. Ya en el siglo XXI se inauguraba esta dura y animada plaza del Canal, que pronto tomaría el popular apodo de “las Palomas”, debido a la evidente invasión de éstas. Con la llegada del 15M, la Asamblea de Tetuán la tomaría en 2011 como punto de encuentro para sus reuniones. Hoy, 15 años después de su estreno, el Ayuntamiento la emplea como habitual escenario para diversas actividades y actuaciones.
David Álvarez de la Morena
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