Un cuarto de siglo apoyando la lucha contra la anorexia y la bulimia

La Asociación Adaner tiene su sede en el distrito

Hace 25 años tratar el tema de las enfermedades por trastornos alimenticios “era hablar casi de una broma de niñas caprichosas”, y de unos alarmados padres que “o estábamos locos o teníamos la culpa”. Son palabras de Pepi Aymat, presidenta y una de las responsables, junto a otros familiares de afectados, profesionales y ex enfermos, de crear la Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y la Bulimia (Adaner), que tiene su sede central en la calle del Comandante Zorita, 50, además de delegaciones en ciudades como Sevilla, Alcalá de Henares, Granada o Murcia.

Siete años más tarde, en 1998, está oenegé fue declarada de utilidad pública –hace cinco años recibió la Medalla de la Sanidad de la Comunidad de Madrid–, y desde entonces no ha parado de organizar y acudir a eventos, para explicar a afectados y familiares qué es y cómo afrontar la enfermedad, y demandar a la Administración recursos y centros para combatirla. “Aquélla fue una lucha larga y difícil, pero al fin se han dado cuenta de que no estábamos locos. No obstante, aún falta una mayor coordinación entre profesionales. Existen centros buenos, como el Hospital del Niño Jesús o el de Móstoles, entre otros, pero si no estás para ingresar, la descoordinación entre especialistas lo complica todo, o cosas como que el psicólogo te vea cada mes y medio. Eso no sirve”.

Aymat advierte de que, aunque estas patologías suelen asociarse a la adolescencia, no hay edades sin riesgo: “Hemos visto casos de gente con 40, 50 y hasta 60 años”. Entre los síntomas para detectarlo, aparte de la evidente pérdida de peso, los cambios en el carácter, el aislamiento o la tristeza pueden ser indicadores de una enfermedad de la que se desconocen las causas –cualquier alteración vital podría conducir a ella–, si bien se considera influida por condicionamientos sociales. “Temas como vincular el éxito con el físico, o la publicidad que prima la delgadez esquelética no ayudan”, resalta la presidenta de Adaner. Tampoco, en ocasiones, Internet: “Las redes sociales son terribles. Cada día salen nuevas páginas que instruyen a las niñas a ocultar su enfermedad, la Policía las cierra, y abren nuevas”.

Familias: ¿cómo actuar?

Atajar la anorexia o la bulimia, explica, “es muy difícil, porque la mayoría de las veces el afectado no reconoce el problema. Además, son enfermedades vergonzantes, y llegar a ellos es complicado. La persona –o la familia– que consigue decir ‘me pasa algo’ y son capaces de acudir a un médico y dejarse ayudar, tienen un 60% ganado”.

Los talleres informativos y las reuniones de grupos que Adaner organiza en el Niño Jesús están enfocados a guiar a estas familias, “porque no saben cómo actuar, están perdidas, y lo primero que deben saber es que esta enfermedad es larga –no tiene plazos, o el plazo nunca es corto–, pero que se puede salir con paciencia, y aprendiendo mucho”. ¿Qué más pueden hacer? “Lo primero, evidentemente, intentar acudir a un profesional, y confiar en él. Y estar ahí, y callar. No preguntar tanto, porque somos muy pesados, con la mejor intención. En estas situaciones la casa se convierte en un estado policial, pero no puedes estar todo el día detrás para ver si come, si devuelve… eso se aprende en grupos como los nuestros”.

La presidenta de Adaner se lamenta de que la falta de apoyos haya llevado a suprimir muchos talleres que se celebraban en la sede. “El año pasado se hicieron dos o tres con familias, pero son extraordinarios, y las psicólogas casi ni han cobrado por impartirlos”, señala, y añade que también cuentan con un teléfono para afectados –91 577 02 61–, que funciona todo el día y responde un psicólogo. “También vamos a colegios a formar a profesores, que nos parece muy importante, pero de 280 que teníamos antes ahora vamos a 30, porque tienen que pagar unos 30 euros”. En estos momentos Adaner se financia con la cuota de los socios y con donaciones como la que el año pasado hizo la cantante Ruth Lorenzo o la de un chef, que entregará los beneficios de un libro que se publicará en breve.

El pasado mes de julio, Pepi Aymat acudió al encuentro que llevó a cabo Manuela Carmena en la Junta de Distrito. La alcaldesa la emplazó entonces a una cita que ya se ha celebrado: “Es muy cercana y me sorprendió gratamente. La pedimos que nos tenga en cuenta y nos ayude”. Y en ésas están: buscando ayudas, para seguir ayudando.

David Álvarez de la Morena