Antiguo alumno del Colegio de La Paloma
DOMINGO MALAGÓN: DE PINTOR A FALSIFICADOR
Nazarí – 6/04/2000
Ahora, a sus ochenta y tres años, Domingo Malagón se dedica a pintar retratos y paisajes; pero durante buena parte de su larga vida, ha sido, simple y llanamente, un falsificador. Afiliado desde muy joven al Partido Comunista de España, Malagón fue el responsable del equipo de documentación falsa de dicho partido; es decir, el encargado de falsificar documentos de identidad para que los miembros de su partido pudieran circular por España. Su aventura vital la han recogido Mariano Asenjo y Victoria Ramos en un libro que acaba de publicar la editorial "El Viejo Topo": "Malagón, autobiografía de un falsificador".
Hijo de una lavandera y de un obrero que murió en accidente laboral cuando Domingo tenía dos años y medio, su destino cambió para quedar marcado por la pintura y las Bellas Artes: fue el día que ingresó en el Colegio de La Paloma, en la calle de Francos Rodríguez, entonces asilo para huérfanos.
"Aquí estuve desde 1924 hasta que estalló la guerra. Antes, en 1933, conseguí matricularme en la Escuela de Bellas Artes; porque yo lo que quería era dedicarme a la pintura, la vocación que había encontrado en los talleres de La Paloma, donde había un profesorado extraordinario, sobre todo Don José Urea Gallardo".
Ahora, en los primeros días de esta primavera, hemos vuelto con él a visitar el Colegio de La Paloma. Desde la misma puerta nos señala la ventana de su habitación en uno de los edificios de ladrillo.
"¡Anda que no me han pasado a mí cosas ahí dentro!, exclama. Y ahí enfrente, ese quiosco ya estaba en aquella época, en el mismo sitio; y en la calle de los Pirineos vivía Largo Caballero y mi maestro Don José Urea Gallardo. A Urea le debo todo; cuando yo tenía catorce años me metió en los talleres de pintura; durante la República nos llevaba a ver obras de teatro de La Barraca y, luego, nosotros montábamos en el Colegio obras como "Fuenteovejuna" era un hombre extraordinario."
Desde su memoria, Domingo Malagón nos da noticia de la historia de nuestro barrio: "A los alumnos del Colegio nos llamaban «Los Palomos»; es más, cuando luego, en la guerra combatimos en la 36 Brigada Mixta, a todos los que nos alistamos nos llamaban «El batallón de la pluma», por lo de La Paloma. Recuerdo que el medio de transporte era la línea de tranvía 14, que iba desde la misma puerta del colegio hasta la Gran Vía; yo lo cogía cuando iba a Bellas Artes".
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