El homónimo de nuestro distrito es una vía ubicada cerca de la Puerta del Sol
El "otro" Tetuán: 400 años de historia
Laura Martín – 5/09/1997
Como todo el mundo sabe, existe en Madrid más de un sitio que se llama Tetuán. El homónimo de nuestro distrito es una vía ubicada cerca de la Puerta del Sol. Pero… ¿cuál es su historia? Esta data del siglo XVI. Fue en 1597, justamente hace ahora 400 años, cuando en los aledaños de la plaza más emblemática de la capital se abrió una calle corta y estrecha que se denominó en principio “De la zarza”. Este nombre lo tomó, como es fácil deducir, por un gran zarzal, que tuvo que ser arrancado para dejar diáfanoel solar que las nuevas edificaciones exigían.
Poco después, en los comienzos del siguiente siglo, se prolongó hasta una plazuela que había en la parte más alta, pero solo en uno de sus lados, merced a ciertas construcciones allí erigidas y que la daba un aspecto inacabado. Esta nueva prolongación, un tanto burda y retorcida fue conocida con el nombre “De los negros”, ya que aquí estuvieron alojados unas gentes de color al servicio de cierto noble de la corte madrileña.
En 1750, la ampliación de la zona se dirigió en dirección contraria con el mismo criterio, es decir, retorciéndose también, debido a que no había plano de urbanización de Madrid, aunque de haber existido tampoco se hubiera hecho mucho caso, a causa de la forma inveterada con que se venía urbanizando desde siempre la Villa y Corte. Esta calzada, prolongación de la primitiva “De la zarza” fue llamada ”De los peregrinos”.
Al realizarse, a finales del siglo XIX, una de las múltiples reformas que ha tenido la Puerta del Sol, el conjunto de las tres calles, con un ligero ensanche y pavimentándolo, fue unificado. Desaparecieron los antiguos nombres, dándole el de Tetuán en conmemoración a la importante victoria que las tropas españolas, al mando del general O’Donnell, obtuvieron en tierras africanas el 4 de febrero de 1860.
Ha pasado más de un siglo y este rincón de Madrid, como el resto de la ciudad, ha sufrido los cambios lógicos que el progreso ha impuesto. Ya no hay solares que las zarzas puedan invadir con su pertinaz crecimiento, ni tampoco paseos furtivos de manolas y chisperos buscando la acogedora penumbra en pos de escarceos amorosos, tampoco los incansables organilleros que tenían, en días de fiesta, a la gente bailando hasta la amanecida. Todo esto ha quedado en el recuerdo, ahora aun conservando aquel tipismo, se levantan edificios de siete u ocho plantas dando a esta calle, hoy en día peatonal en casi su totalidad, un aspecto de cierta estrechez, donde se alternan casas de moda con las antediluvianas alpargaterías y cacharrerías, grandes almacenes y un lujoso centro comercial con una tienda de “Todo a 100”, restaurantes, alguno chino, con una de las más famosas tascas madrileñas, “Casa Labra” donde sirven el mejor bacalao rebozado de la capital y en cuyo edificio se fundó en la clandestinidad el PSOE en el año 1879…
Cuatro siglos han pasado desde su nacimiento y los peatones, bien de aquí o foráneos, pasean tranquilamente disfrutando de un entorno bullicioso y despreocupado, ignorantes, tal vez, que esta calle fue protagonista de innumerables e importantes sucesos de la historia de España y sigue recordándonos que Tetuán también existe.