Fue Ramón González, un popular vecino, además de secretario del Ayuntamiento de Chamartín, quien ideó la construcción de un coso en Tetuán, allá por 1870. Incluso lo sufragó él mismo, aunque no llegó a ver terminado su sueño, al ser asesinado poco antes. La plaza pasó entonces a Manuel González, cuyos hijos la convirtieron en parador para el ganado que llegaba de Colmenar o El Escorial hacia el Matadero.
En 1899 la adquiere Antonio Beltrán, que traería de nuevo el albero con una capacidad para 7.000 personas. El 11 de octubre de 1900 la inauguraban los toros de Félix Gómez para el diestro Antonio Montes y el novillero José Palomar, según reza en el cartel de aquella primera tarde.
Cuenta Félix Morales en su libro Tetuán de las Victorias que allí “dieron sus primeros pasos por la senda del triunfo toreros como Rodolfo Gaona o Domingo Ortega”. El coso celebraba cada año la becerrada de «La Lata», impulsada por una sociedad tetuanera compuesta por 25 socios. Ese día era festivo en el barrio, se cerraban comercios y por la noche había baile en Casa Franco.
En las fotos de Santos Yubero vemos a una cuadrilla preparando el albero, y un momento de una lidia donde se anuncia Cinzano, entre otros avisos más modestos. En ella se observa que no cabe un alma en el tendido, como atestigua el cartel de la última, el día en que torearon Atarfeño, Rondeño y Rodarte.
El crítico taurino Antonio Díaz Cañabate rememoró el coso en un delicioso artículo para El Ruedo, donde habla de “una plaza tosca y carente de todo mérito arquitectónico” en la que “soltaban seis toros como seis catedrales”. Sobre nuestros vecinos antepasados, decía: “Lo más fiero de todo, incluyendo a los toros, era el publiquito. ¡Cuando se ponía de uñas, había que verlo! Quizá influyeran las gallinejas, pero el vino también hacía lo suyo”.
En 1936 la plaza se destinó a depósito de pólvora y municiones, estallando un día de agosto “por la torpe maniobra de uno de los que allí estaban” y quedando destrozada. Según Cañabate, “complicadas trabas administrativas” impidieron su reconstrucción. En los años 70 se erigió en el solar un edificio de viviendas en forma de U, en el 297 de Bravo Murillo, pero no son pocos los que aún hoy se refieren al lugar como “la plaza de toros”, 78 años después de que saltara por los aires.
David Álvarez de la Morena / Fotos. Santos Yubero. Archivo Regional de Madrid.
* Hasta el 6 de junio, la sala Juana Francés (Bravo Murillo, 357) alberga una exposición sobre carteles de la antigua plaza de toros de Tetuán.
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