Aquella mañana del inicio de diciembre sorprendió a los madrileños una “copiosa nevada durante varias horas”, como recordaba el periódico “ABC”, el día posterior del 7 de diciembre de 1960.
Martín Santos Yubero acudió a contemplar los estragos que la nieve había causado en el distrito, y ya en su primera instantánea se observa cómo caen los copos sobre la boca de Metro de Tetuán, acera de los pares, que en aquella época se situaba en Bravo Murillo –hoy hace recodo con General Margallo–. Enfrente, el pasaje de entrada al Mercado de Tetuán, y en la esquina, donde hoy se sitúa una cafetería de célebres perritos calientes, se abría entonces la tienda de alimentación Velasco, y la academia Lada en el piso de arriba. Completan la estampa un pequeño quiosco junto al suburbano y un casi anacrónico carro tirado por un caballo sobre la escarchada vía.
Cerca de 1.800 hombres salieron ese día con 2.400 rastrillos, 7.700 cepillos y 2.000 palas “para despejar las vías encenagadas”. Una cuadrilla de aquellos barrenderos aparece en otra de las fotografías de la serie. Pertrechados con gorras de plato y chubasqueros y amontonando la nieve en la esquina con la calle del Naranjo. En la otra acera, un edificio que aún perdura en Bravo Murillo –aunque sin el remate del tejado–, como perdura en el local de abajo la Ferretería Álvaro, en el número 260, apenas percibida en la imagen. Las siguientes construcciones, de una o dos plantas, ya no existen hoy en día, muchas de ellas derribadas, debido a la ampliación de Sor Ángela de la Cruz.
En la última de las instantáneas, probablemente muy cerca de las anteriores, varias señoras se arraciman con sus paraguas en la acera junto a un poste publicitario –¿una cabina telefónica?–, cuyo “espacio libre” podía alquilarse llamando a un teléfono de seis cifras. Los hilos del tranvía cruzan el cielo plomizo como sosteniendo las nubes. Tetuán se abrigaba para aquel invierno de hace 54 años.
David Álvarez de la Morena
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