Reivindican que ejerzan su actividad en polígonos industriales
Crece el malestar vecinal ante la proliferación de cocinas fantasma
Juan Carlos M. J., 6 de mayo de 2021
El término “cocina fantasma” empezó a oírse en los medios y entre los ciudadanos allá por el mes de mayo del año pasado. En plena pandemia, surgió como una alternativa de negocio para servir comida a domicilio, en un sector tan castigado por la covid-19 como es el de la restauración. Hoy es un concepto que está extendiéndose por distintas ciudades; en Madrid hay 36 y, concretamente en Tetuán, ya hay 8 de estas cocinas, y en los puntos en los que están funcionando no para de crecer el malestar entre los vecinos, por los problemas y molestias que ocasionan.
Una de estas cocinas fantasma, la mayor del distrito y de toda España, está operando en la calle de José Calvo, 10, con un total de 21 cocinas en su interior y 779 metros cuadrados de superficie. ‘Tetuán 30 días’ se reunió con los residentes afectados de los números 9, 12 y 14 de ese vial, junto con el presidente de la Asociación de Vecinos Cuatro Caminos-Tetuán, Antonio Granero, para conocer sus impresiones.
“Todo empezó en mayo, pero entonces había poca actividad, una o dos motos nada más, y pensamos que ese negocio se iría a pique. Ahora hay días que se concentran hasta 80 motos, toda la calle entera, y mientras los repartidores están esperando a que les llegue el pedido, hablan, beben, fuman, compiten entre sí, meten ruido… No tenemos nada contra ellos, sino contra quienes han otorgado los permisos desde el Ayuntamiento. No queremos problemas, tan solo soluciones”, explican los portavoces de la Plataforma de Afectados por las Cocinas Industriales Fantasma, que integra a afectados de todos los distritos de Madrid, en total 114 personas en estos momentos, que se reúnen cada 15 días.
Las quejas principales de estos vecinos se centran en “los malos olores y el humo que desprende la chimenea, que penetra en nuestras casas y es insoportable, así como en el ruido que se genera en la calle todos los días, porque no cierran ninguno, hasta las 12 de la noche. Y luego sacan la basura, a veces saltan las alarmas... Así no hay quien duerma y ya hay vecinos que están tomando antidepresivos”, aseguran impotentes.
Denuncias y consejos
Desde la Asociación Cuatro Caminos-Tetuán, así como desde la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), están mostrando su apoyo a estos vecinos, que ya se han manifestado en dos ocasiones para hacerse oír; una el pasado 26 de marzo en la propia calle de José Calvo y otra el día 30 de ese mismo mes en La Cibeles, frente al Ayuntamiento junto a otros afectados. Su presidente subraya que la solución a este problema pasa por “denunciar que esta cocina carece de muelle de carga y descarga, que desde el Área de Medio Ambiente se analicen los humos y sustancias que emanan de la chimenea, que se solicite la licencia de funcionamiento y que se modifiquen las ordenanzas para regular estos negocios, que datan de 1997, para que ejerzan su actividad en polígonos industriales, donde no causen molestias”.
Además, y para evitar que su misma situación se replique en otras zonas, aconsejan a las comunidades de vecinos que “cambien sus estatutos para no permitir la instalación de una chimenea. Es lo que han hecho en la calle de Navarra, 30 y así han conseguido pararlo”, afirman.
Este malestar se lo han trasladado a la concejal-presidenta del distrito, Blanca Pinedo, quien ha comentado a este periódico que “soy plenamente consciente de la problemática derivada de la implantación en Tetuán de esta nueva actividad y por ello me he reunido con los afectados en diversas ocasiones y he ido personalmente a los diferentes lugares donde se han instalado estas cocinas industriales. Me he puesto a disposición de los afectados para mediar con el área competente y evitar todas las molestias que este tipo de actividad pueda ocasionar a los vecinos”.
Para finalizar, Tetuán 30 días ha intentado recoger la opinión de los responsables de las cocinas fantasma de José Calvo, 10 y de Sorgo, 53, sin que hayan querido hacer declaraciones.
En espera de que se encuentren soluciones, los vecinos continúan malviviendo día a día con los fantasmas que les despiertan estas cocinas.
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