Una placa recordará la primera fábrica de La Casera, ubicada en Tetuán

La marca, que cumple 75 años, tuvo su origen en la calle del Cactus


El Pleno de distrito del pasado septiembre aprobó por unanimidad instalar una placa conmemorativa de La Casera en la calle del Cactus, 8, en el barrio de Berruguete, donde la marca de gaseosas abrió su primera fábrica, allá por 1949. La decisión coincide con la celebración de los 75 años del origen de esta conocida marca, que se cumplieron el pasado 31 de mayo.

La Casera fue fundada por Félix Duffo González, hijo de Francisco Duffo, un francés que desde principios del siglo XX se dedicó a la exportación e importación de material para la fabricación de bebidas carbonatadas. Francisco conoció en un viaje a San Sebastián a Victoria González, con quien tuvo cinco hijos, uno de ellos Félix, que con el tiempo tomaría el testigo de su padre. Tras la Primera Guerra Mundial, los Duffo abandonaron París y se trasladaron a Barcelona, donde Francisco fundaría Espumosos El Rayo. Por esa época Félix conoció a Mercedes García, por quien se trasladaría a Madrid,

Fue ya en la capital donde, en mayo de 1949, nacería La Casera de la mano de Félix Duffo, gracias a un préstamo de 300.000 pesetas del Banco Español de Crédito. La primera fábrica se situaba en Tetuán, en la calle del Cactus, ,8 en un edificio hoy desaparecido. Por entonces, el barrio se situaba en las afueras de la ciudad, a la que pertenecía desde hacía apenas un año, gracias a la anexión a Madrid de Chamartín de la Rosa, de cuyo municipio Tetuán de las Victorias era barriada. Duffo pensó en crear “un refresco suave y agradable, con un sabor familiar para la mayoría de los españoles, apto para todos los públicos y que pueda ser consumido sólo o mezclado. Un producto de gran calidad, cuya relación precio-cantidad sea favorable para la economía familiar”, explican desde el Centro de Documentación Publicitaria.

1.417 botellas en un mes

La primera botella de La Casera saldría en mayo de 1950 de la fábrica tetuanera, que sólo ese mes produciría un total de 1.417 botellas de un litro, hechas de vidrio y con tapón mecánico de porcelana y goma. Desde sus inicios, Duffo apostó por un marketing innovador para dar a conocer el producto, desde cupones descuento a muestras gratuitas que se repartían entre las familias, concursos o inserciones publicitarias en periódicos, radios y hasta en los telones de cine.

La Casera competía con multitud de otras gaseosas locales –en Chamberí, por ejemplo, funcionaban desde antes incluso las fábricas de La Deliciosa, El Laurel de Baco o El Gallo, esta última fundada por Francisco Duffo–, pero esa estrategia rompedora ayudó a su gran éxito inicial: en junio, la fábrica de Cactus producía ya 25.000 botellas, y al final de año se habían vendido más de 380.000.

La marca fue creciendo fuera de la capital y comenzó a estar presente en cada tienda y en cada bar de España, convirtiéndose en una de las bebidas favoritas de las familias, sola o mezclada con vino. Entre las décadas de los años 50 y 60 la empresa llegó a tener 53 fábricas dedicadas a producir y embotellar sus bebidas, incluyendo una en la capital de Guinea, por entonces provincia también española.

En el año 2001, La Casera pasó a formar parte de Schweppes, de quien era concesionaria desde 1957, que posteriormente la incorporaría al Grupo Suntory. Hoy La Casera es una de las 100 marcas más valiosas de España y una de las 50 de gran consumo más presentes en los hogares. Un nombre conocido por prácticamente toda la población y cuya primera botella salió de una fábrica situada en el por entonces periférico Tetuán.

Foto: Centro de Documentación Publicitaria.


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