SILENCIO SE RUEDA

Sr. Director, la presente carta es para contar algo grave que está sucediendo en los espectáculos que se realizan en los centros culturales.
El pasado 27 de abril fui al centro cultural Eduardo Úrculo con unas amigas para ver el espectáculo de danza contemporánea “Petí comité” de la compañía Teresa Nieto. Comienza el espectáculo con un bailarín agachado en una esquina del escenario moviéndose frente a un único foco, reflejándose la silueta en el fondo de un oscuro escenario. No pasaron ni dos minutos cuando las personas que teníamos detrás comienzan a hablar sin ningún tipo de respeto, como si estuvieran en el salón de su casa; ante tal actitud nos cambiamos de
sitio, resultando repetirse la misma situación, y así en todo el teatro. Parece que hablar bajito y hacer comentarios era lo más normal, en fin, que resultó un infierno aguantar tan bochornoso
espectáculo.
Creo que los responsables de la sala deberían prestar atención a este incidente, pues parece ser que no se trata de un caso aislado, según me han comentado algunos amigos que asisten con frecuencia a estos centros municipales, donde las representaciones son gratuitas y mayoritariamente la llenan personas mayores.
En fin, que es una pena, pues hay buenas representaciones en los centros culturales de barrio, pero se desmerecen porque el público asistente no tiene ningún tipo de respeto ante el arte y los artistas.