No hace tanto tiempo, la calle de Sor Ángela de la Cruz ni era tan extensa ni tenía esa imagen de gran avenida repleta de altos edificios residenciales, hoteles y oficinas. En 1970, la vía estaba salpicada de terraplenes y casitas bajas, rodeada de pequeñas callejuelas, y Bravo Murillo, la gran arteria de Tetuán, quedaba a muchos metros de distancia.
Ese mismo año, una publicación del Ministerio de Vivienda anuncia el comienzo de un procedimiento de expropiación de varias fincas en las calles de José Caballero Palacios, Lino, Bustarviejo y Mariana, entre otras, para llevar a cabo tareas de urbanización, pavimentación e instalación de agua en un tramo de Sor Ángela de la Cruz, entre Orense e Infanta Mercedes.
El proceso –que se refleja en la foto de arriba, de 1978, donde puede verse al fondo el Eurobuilding 2, inaugurado un año antes– se alargó al menos una década y significó la desaparición de calles estrechas como Mariana o José Caballero Palacios, que sí tenía salida a Bravo Murillo –de hecho, en la esquina con esta hubo en tiempos un conocido cuartel de la Guardia Civil–.
Los trabajos también afectaron a la antigua Parroquia de San Eduardo, en General Margallo, que sería derribada, a la espera de ser construida en el mismo lugar tras las obras. Entretanto, el párroco Don Amando ofrecería el culto a los vecinos en un bar de esa misma calle y en una capilla prefabricada en el solar, hasta que pudo inaugurarse la iglesia en 1979.
No obstante, el tapón que imposibilitaba la salida de Sor Ángela de la Cruz a Bravo Murillo aún permanecería una década más, debido a que muchos vecinos afectados recurrieron los justiprecios estipulados por la Ley del Suelo del 76. En los últimos años, un murete con vallas publicitarias serviría de fachada provisional al gran eje del distrito.
Finalmente, en verano de 1994 comienzan las obras del último tramo para conectar ambas calles, tras “un complicado proceso expropiatorio para liberar el terreno”. Sólo faltaba alcanzar el acuerdo con el edificio ubicado en Bravo Murillo, 268, el último de los 18 inmuebles que se tuvieron que suprimir para que avanzara un proyecto que eliminaría “una bolsa de deterioro e infravivienda”, según el Ayuntamiento. Hasta 98 familias fueron realojadas en pisos de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV), y más de 150 estuvieron afectadas por la operación.
Los trabajos fueron adjudicados a Pryconsa, que financió los costes de urbanización y expropiación, a cambio de la construcción, en distintas fases, de un total de 260 viviendas. La actuación tendría su continuación poco después en el ensanche de Marqués de Viana en su conexión con Bravo Murillo, hasta la calle de Araucaria.
En la primavera de 1995, el alcalde José María Álvarez del Manzano inauguraba el nuevo tramo entre Infanta Mercedes y Bravo Murillo, un bulevar con 140 metros de longitud, tres y dos carriles por sentido y una mediana de 11 metros. Las obras costaron 288 millones de pesetas (1,7 millones de euros).
La noticia en nuestro periódico advertía de que el Ayuntamiento ya planeaba “en el futuro” abrir un túnel que enlazaría Sor Ángela de la Cruz con Sinesio Delgado, si bien “esta idea no influiría en absoluto en el famoso y conocido rastrillo” de Marqués de Viana. El resto, ya se conoce.
Fotos: Archivo General de la Administración y Archivo Tetuán 30 días.
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