Calvo Sotelo, el monumento que puso a la Plaza de Castilla en el mapa

Esculturas de Tetuán (VI)

El conjunto monumental que se encuentra en la Plaza de Castilla fue erigido en 1960 para recordar al político y abogado pontevedrés José Calvo Sotelo (1893-1936), y es obra del arquitecto Manuel Manzano-Monís Mancebo y del escultor Carlos Ferreira de la Torre. Un homenaje al líder monárquico, asesinado el 13 de julio de 1936, en represalia por el asesinato del teniente republicano José del Castillo, motivo que sirvió de detonante para el inicio de la Guerra Civil, tan sólo cinco días después.

El icónico monumento de la Plaza de Castilla está concebido como gran plataforma circular con grupos escultóricos y fuentes, al que se accede por cuatro escalinatas: una muy amplia de 13 peldaños y con desarrollo curvo en el lado sur, dos laterales de la misma altura, y otra de cinco escalones, también curvos, en el costado norte.

En la parte delantera se levanta la estatua en granito de 4,20 metros de altura, que representa al político homenajeado, vestido con una especie de toga o túnica, y en actitud de romper una cadena sobre la rodilla derecha. Detrás de esta figura hay un estanque semicircular que se derrama por dos alas rectas en ángulo dirigido hacia la estatua, e inmediatamente detrás, surgiendo del agua, una gran construcción vertical de 18 metros de altura, en forma de proa placada con piedra caliza.

Delante del personaje –que se asienta en un pedestal tronco piramidal invertido de granito, con las palabras grabadas: ‘España a Calvo Sotelo’–, se despliega otro estanque bajo de dos lóbulos curvos, con borde de plato redondeado, construido en piedra caliza, y situado a nivel de la plataforma.

A izquierda y derecha de la estatua y sus estanques, el espacio se cierra mediante dos murales curvos, que por su cara posterior ofrecen una recia construcción de bloques de granito, con juntas muy remarcadas en foso y cuatro hiladas de mechinales que le dan un valor escultórico a la superficie, mientras que en la cara frontal se representan grupos escultóricos en altorrelieve de piedra caliza blanca: el de la derecha simboliza al soldado caído sostenido por una fantasmal presencia que puede ser la muerte, entre dos grupos de tres figuras: a la izquierda, tres figuraciones muy abstractas, y a la derecha tres soldados cubiertos con un hábito portando cada uno una espada.

El grupo de la izquierda muestra la figura caída de un mártir con un puñal en forma de cruz en la mano derecha, un ángel alado a su derecha y cuatro fantasmales presencias femeninas a la izquierda.

En la parte posterior del monumento se eleva una meseta de cuatro gradas curvas entre dos muros oblicuos de piedra de granito, y en medio, sobre un cubo flotante de la misma piedra, se asienta una figura femenina de 2,10 metros de altura, con la cabeza apoyada en la mano derecha, que simboliza el dolor.